Sentido Común
Mauricio Fernández Díaz
Investigaciones contra funcionarios de Cabeza de Vaca son un fiasco
Ciudad Victoria.- A lo largo del sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca, se fueron conociendo innumerables historias de corrupción y abuso de poder. Los mismos ciudadanos y empleados de gobiernos, anónimamente, denunciaban esos casos y los publicaban. Todas esas denuncias, en conjunto, fueron la causa principal de la derrota del PAN en la elección de 2022.
Podemos citar las quejas de transportistas en contra de Arturo Soto, ex subsecretario de Ingresos, quien instaló retenes ilegítimos en carretera para revisar vehículos de venían de la frontera. Sin embargo, los operadores se quejaron de ser extorsionados.
¿Y quién puede olvidar los desfiguros y excesos de Magdalena Moreno, subsecretaria de Educación? Llegó a estar involucrada en un lío con la policía debido al exceso de alcohol, uso de arma blanca y agresiones a una persona. La señora no tenía preparación, pero Cabeza de Vaca puso en sus manos el área más grande del sector educativo y lo desfiguró por completo.
Otros funcionarios que pisotearon los recursos públicos por su deshonestidad e ineptitud fueron Carlos García, de Desarrollo Económico; Gloria Garza, subsecretaria de Gobierno (nunca defendió a los buscadores de desaparecidos); Gilberto Estrella, de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente; Gloria Molina, Secretaria de Salud, y Sandra García, del Instituto Tamaulipeco de Cultura, una Judas para los propios panistas por su desvergonzada entrega a Morena como diputada local, buscando su propia impunidad.
La lista no termina ahí, pero es mejor abreviarla para dar paso al tema principal: castigarlos a todos por sus faltas.
Una de las satisfacciones causadas por el triunfo del doctor Américo Villarreal fue precisamente la posibilidad de aplicarles la ley a los funcionarios panistas por sus continuos abusos. Ahora sí, los ciudadanos les iban a cobrar tantas afrentas.
Desde el proceso de entrega recepción, y la asesoría temprana de Santiago Nieto, aparecieron las primeras señalas de que habría sanciones a la gente de Cabeza de Vaca, se iniciaron expedientes judiciales y administrativos y continuaron las investigaciones.
De manera lógica, todas las irregularidades pasaron también a la Contraloría General para imponerles las sanciones que marcan los ordenamientos, como la Ley de Responsabilidades de Servidores Públicos, entre otros.
Con tantos abusos a la vista, con suficientes evidencias de corrupción, la sociedad ha estado esperando una lluvia de multas, amonestaciones y correctivos para los responsables.
De eso acaba de hablar, justamente, Angélica Pedraza Melo, Contralora del Gobierno del Estado. Ya prepara la “capilla” para inhabilitarlos de trabajar en gobierno debido a sus faltas. Pero el resultado último, después de tanto indagar, ha sido ridículo.
Uno, solo uno de los colaboradores de Cabeza de Vaca podría ser inhabilitado de trabajar nuevamente en el servicio público. Lo dijo la Contralora.
“Tenemos más de 700 procedimientos que se han abierto. Hasta el momento, hemos realizado tres amonestaciones a ex funcionarios y uno en proceso de inhabilitación, que tiene la posibilidad de apelar”.
Ajá: ese funcionario en la picota todavía puede quedar limpio de castigo y seguir con su vida como si hubiera pertenecido al mejor gobierno del mundo. Quizás hasta lo meten a trabajar con el doctor Américo Villarreal.
Bien mirado, todo el procedimiento ha sido un absoluto fiasco. ¿Cómo es posible abrir 700 expedientes y concluir únicamente con tres amonestaciones y una posible inhabilitación?
Y todavía dice la Contralora que se trabaja en más investigaciones, pero que van a tardar algo porque son procesos largos y necesitan llevarse con cautela. Si con 700 expedientes solo tienen amarrada (y a medias) una inhabilitación, mejor que ya no hagan nada.
Casi puede oírse la carcajada que están pegando los panistas después de las declaraciones de Angélica Pedraza, quién no tiene la culpa de tan misérrimo resultado, en realidad.
Cunde en redes la especie de que el gobierno del estado tiene cero avance en todo, que muchos subsecretarios no dominan todavía sus funciones y que faltan recursos hasta para imprimir oficios. Eso es normal en un arranque de gobierno, pero solo en los primeros tres meses, no en medio año transcurrido.
La novatez de muchos funcionarios y el malsano adelanto de las campañas electorales están afectando la marcha la administración estatal, y esto no lo debe tolerar el gobernador Américo Villarreal, porque la gente se lo reclamará a él, y no a los miembros de su gabinete, a los que casi ni conocen.
Sobre todo, hay que meter velocidades en la Controlaría, sancionar a más exfuncionarios. De lo contrario, este sería un punto doble para el PAN.
