Por: Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- El municipio de río Bravo se ha transformado, como decía Héctor Villegas González en la campaña de 2021. Antes era un Ayuntamiento Republicano, o sea, en manos de los ciudadanos. Hoy está en manos de una sola familia: los Villegas.
Héctor Villegas pidió licencia para dejar la alcaldía el 6 de septiembre de 2022, y asumió el cargo como Secretario General del Gobierno de Tamaulipas. Pero nunca sacó las manos del municipio ni le dio libertad al Cabildo de conducirlo, como legítimamente podían hacerlo.
Confabulado con diputados locales, el “Calabazo” impuso como alcalde de Río Bravo a Eduardo Joel Yáñez Villegas, su primo. Los riobravenses se quedaron pasmados. ¿Esa era la transformación que prometía en campaña? ¿Río Bravo, un reino de los Villegas?
Esta clase de gobiernos heredados, sin el beneplácito ciudadano, dan una sensación peligrosa de facilidad y dominio al designado. Si para gobernar solo hace falta tener los contactos adecuados, entonces, para abusar del poder y quedar impune ha de ser igual. En efecto, así funciona.
Eso ocurrió en Ciudad Victoria y fue la causa del rezago y el abandono en que cayó la capital y la calidad de vida de sus habitantes: por tener alcaldes impuestos, sin respaldo de la gente.
Con la complacencia (y otras cosas) de Francisco García Cabeza de Vaca, el 2 de octubre de 2020, el Congreso del Estado, de mayoría panista, aprobó como alcaldesa sustituta a Pilar Gómez Leal, prima del gobernador; sí, igual que el Calabazo con Eduardo Joel Yáñez Villegas.
Ya se pueden imaginar el nivel de compromiso de Pilar con los victorenses al volverse la primera autoridad sin ningún esfuerzo. Desabasto de agua, robo a casa habitación, desempleo, basura en las calles, Ciudad Victoria se convirtió en la vergüenza de Tamaulipas y el peor lugar para vivir en el estado. Hoy, Pilar Gómez Leal vive en paz, lejos de este municipio, mientras los victorenses viven como africanos, con raciones de agua.
Por eso no debe sentarse en la silla del poder alguien sin compromiso con los habitantes, o que se lo deba a un pariente, como el caso de Eduardo Joel Yáñez Villegas.
En Río Bravo hay mucho por hacer, mucho por construir y mucho por mejorar; es el patito feo de la zona conformada con Reynosa y Matamoros. Sus niveles de rezago son alarmantes: el 52 por ciento de la población no tiene acceso a la seguridad social, 7 puntos arriba de la media estatal. Casi el 33 por ciento no tiene servicios de salud, y la pobreza alcanza a 65 mil 700 personas. ¿En verdad se encargará Eduardo Joel Yáñez Villegas de estos problemas?
Todo indica que la voluntad de Héctor Villegas González es beneficiar a su familia primero que nadie. Los pobres, los ciudadanos y las familias de rio Bravo, pueden esperar.
Inevitablemente, las audacias dictatoriales de El Calabazo ya trajeron consecuencias: Teodoro Escalón Martínez, alcalde suplente de río Bravo, a quien despojaron del cargo en el Congreso Local, impugnó la designación del primo consentido. Reclama su derecho a ocupar la presidencia municipal, ya que a él lo registraron en planilla justamente como alcalde suplente y no a Eduardo Joel Yáñez Villegas. Su alegato tiene mucho sentido.
La impugnación fue formalmente presentada ante el Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam). Con el número TE-RDC-11/2023, inició un recurso de defensa derechos político electorales en favor de Teodoro Escalón Martínez. El caso será estudiado por la magistrada Gloria Graciela Reyna Hagelsieb.
En este juicio no están en juego simplemente los derechos de una sola persona sino algo más importante para Río Bravo: la legalidad y la decisión de quienes votaron en 2021 por la fórmula Héctor Villegas-Teodoro Escalón, hoy deshecha por maniobras legislativas. Puede ser la última oportunidad para evitar la catástrofe.
En Río Bravo ya se notan las señales de corrupción y abuso de poder; apenas eso, señales, pero son visibles. El Calabazo sigue aumentando la presencia de familiares en el municipio. Por ejemplo, al alcalde actual, Eduardo Joel Yáñez, lo acompaña su esposa, Violeta Magdalena Torres Arreola, como directora de Catastro.
Ella, por cierto, ofreció un sorteo de 17 pantallas de alta definición a los contribuyentes, previsto para el 30 de diciembre de 2022, pero lo pospuso al 20 de febrero de este año. Llegó la fecha y tampoco ocurrió nada. Finalmente, se hizo el sorteo el 2 de marzo, pero en vez de 17 pantallas se entregaron 10, según usuarios de redes sociales. Seguiremos investigando.
Sin embargo, la familia de Héctor Villegas parece no tener llenadera: también trabaja ahí el yerno de Violeta Magdalena, identificado como Fabián López, en el área de Comunicación Social e Imagen. Esta denuncia, como otras, nos llegó vía red.
Simpatizantes de la 4T, decepcionados de este autoritarismo, han dicho incluso que Río Bravo estaba mejor con el alcalde Carlos Ulivarri López que con los morenistas.
Ciertamente, Río Bravo no había vivido esta situación en el trienio pasado: que la familia del alcalde electo privatizara para sí el gobierno municipal. Y este despojo tiene la complacencia de Héctor Villegas González, actual Secretario General de Gobierno.