Seguridad

Bullyng y violencia: ¿Culpa de padres o directivos escolares?

Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Nuevos retos

Sin duda cada día nos enfrentamos como sociedad a novedades que permiten la evolución de la humanidad, como el caso del español inventor de un líquido llamado “Ecofire” que impide la combustión de áreas roseadas con este maravilloso invento.
El Hormiguero, programa de Antena 3 de un canal de la TV española -retrasmite al Continente Americano vía cable- fue el escenario del este invento que pudiera servir para combatir los incendios forestales, según el aragonés César Sallén.
Así como surgen temas que revolucionan a la humanidad, también reconocemos y reprobamos aquellas conductas masivas, como la quema de una figura femenina, simbolizando a la Ministra Norma Piña, Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de parte de seguidores del presidente López.
La relación conductual de los adultos por la quema y con la de las adolescentes que se golpes entre sí, con la idea de hacerse daño hasta la muerte… como sucedió con la menor de la escuela secundaria Anexa a la Normal de San Juan Teotihuacán, en el EDOMEX.
De las voces expresadas, no faltan aquellas que señalan “omisión de las autoridades educativas… de la responsabilidad de la escuela para frenar e intervenir en agresiones… de los maestros… de los empleados…”
Lo que no se dice es la falta de autoridad de la escuela y no por la dirección, sino porque no existe un marco normativo al respecto. Incluso ni los viernes de cada mes en los Consejos Técnicos Escolares, hay un espacio para el análisis, diagnóstico y propuestas de solución que evite este tipo de conductas delictivas a todas luces, entre escolares.
Se han presentado casos, cuando la pelea es dentro de la institución escolar, que los directivos deciden expulsar o suspender a los protagonistas por unos días… Solo que la contradicción surge porque las mismas autoridades de educación sancionan a los directivos que decidieron tal medida correctiva.
Ante este tipo de acciones, no es de extrañar que personal de la escuela, no intervenga porque los hechos no suceden dentro del edificio, en las instalaciones escolares, pero como en el caso de Teotihuacán, la directora es destituida del cargo para evitar comentarios adversos contra las autoridades educativas del estado o la federación.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) por iniciativa propias o por acuerdos con la ahora Fiscalía -antes Procuraduría- o los funcionarios del DIF, siguen organizando cursos, concursos, seminarios, mesas redondas, etc., para maestros… que hablan de la teoría de la prevención, pero en ninguno de los casos se señala en forma específica el papel del maestro, el desempeño de la escuela.
Pese a la ‘buena voluntad’ de algunas personas, las escuelas reciben múltiples comunicados prohibitivos a la conducta contra los derechos de las alumnas y alumnos, tan simple como no exigir el uniforme, el corte de pelo, tatuajes, perforaciones, forma de vestir y hasta la hora de entrada, porque nadie puede negar la entrada.
Pese a la violencia entre escolares, son los padres de familia que se han opuesto a la revisión de mochilas, por lo que estos operativos se volvieron un trámite burocrático que pocos empleados de educación están dispuestos a ejecutar por evitar conflictos con los papás.
Lo mismo se refiere al uso indiscriminado del vocabulario, y más ahora que se habla del lenguaje incluyente y el uso de palabras que el adulto de ahora, sería imposible se pronunciaran, sobre todo frente a una dama, ahora hasta pequeños de la primaria las dicen como si nada, aún delante de su familia.
Los maestros de hoy, pese al discurso oficial, siguen sin autoridad frente a los padres de familia tolerantes y nada exigentes con sus hijos y me parece que ahí está el talón de Aquiles de estas conductas juveniles.
Los padres de los escolares, debieran hace una especie de Acuerdo de Convivencia Escolar, donde se establezcan el tipo de autoridad que se le concede a la escuela y profesores, considerando que la escuela forma el carácter de los educandos, incluso a los escolares de la educación superior.
Si los papás no hacen cumplir el orden familiar y constantemente trasgreden los límites, la escuela no podrá resolver lo que no quiera resolver el Estado.
No es cierto una campaña de prevención sin la retroalimentación de la familia y la escuela porque la falta de un eslabón en esta cadena educativa, permitirá la ruptura, el extravío del objetivo.
El reto ahora, es la reeducación de los papás… Pero sin retóricas oficialistas como las escuelas para padres que solo se hicieron para la foto… sin resultados, porque ahí están los hechos.

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