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Urgen cambios de raíz a en la secretaria de Seguridad Pública Tamaulipas

Ineficacia, Corrupción, compromisos políticos; el peor enemigo de la 4ta transformación

Por: Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Tras muchas jornadas agotadoras, el gobernador Américo Villarreal pudo sacar adelante a la administración estatal en cinco meses, a pesar de la quiebra en que la recibió. Logró atraer inversiones y puso en funcionamiento el nuevo ciclo escolar. En este esfuerzo titánico, lo acompañaron varios secretarios que dieron “el extra” para superar el estancamiento inicial, pero hubo otros que se rezagaron. Del interior del gobierno salen voces que señalan a la Secretaría de Seguridad Pública entre las que no aguantan el paso del doctor Villarreal Anaya, aunque urge que lo haga.

Es evidente que esta dependencia avanza lentamente. Hay paz interna gracias al trabajo de la Secretaría General de Gobierno, y hay certeza a inversionistas y colaboración institucional gracias a la Dirección Jurídica. Pero en lo tocante a la prevención y estrategia contra el delito, hay un vacío en la Secretaría de Seguridad Pública que ya es inocultable.

El gobernador necesita que esta área dé resultados inmediatamente. Y los tamaulipecos lo respaldan. Américo Villarreal ha demostrado visión y compromiso en los primeros meses, y los mejores tiempos están por venir. Para ello, la seguridad pública juega un papel fundamental; cuando se pierde, afecta la paz, el estado anímico y hasta la imagen del estado. Es grande el beneficio cuando funciona, y grande el perjuicio, cuando no. Parece que Sergio Hernando Chávez García no ha asimilado esto.

El Secretario de Seguridad Pública atrae todas las miradas debido a los últimos hechos de violencia ocurridos en el estado. Lo fácil, como un vulgar panista, sería acusarlo de ineptitud para el cargo, o exigirle que convierta a Tamaulipas en Suiza de un día para otro. Politizar no es analizar, pero sí se debe examinar el historial del personaje.

Pedirle logros instantáneos a Sergio Hernando Chávez García en el área más difícil de gobierno es insensato, si no deshonesto, porque nadie los ha tenido en los primeros cinco meses; ni siquiera se ha presentado el Plan Estatal de Desarrollo. Pero sí debemos observar los antecedentes que va dejando su desempeño, porque son hechos y luego serán historia.

Y la historia que va escribiendo el general Chávez García no le favorece. Ha enfrentado varios episodios de inseguridad, como robos  y algunos enfrentamientos, principalmente en la capital. Pero el primer caso realmente grave fue el secuestro y asesinato de la empresaria Elena Lavín Montemayor.

El 31 de diciembre, apareció el cuerpo sin vida de Lavín Montemayor a un costado de la carretera Rumbo Nuevo; usaba ropa deportiva y tenía huellas de violencia.

Su desaparición había movilizado un día antes a sus familiares y amigos. Elena Lavín era una mujer muy apreciada en la sociedad victorense, y la noticia de su asesinato consternó a toda la ciudad.

Una rápida respuesta de los fiscales llevó a la detención de dos personas el 10 de enero. Pero las investigaciones continuaron, y un tercer sospechoso fue capturado el 30 del mismo mes. El Fiscal Irving Barrios deslizó la hipótesis de que hubiera familiares involucrados.

Ahora bien, un secretario de Seguridad Pública no puede predecir los planes de un homicida o un delincuente peligroso. Eso no se le pide, pero el general Chávez García debió tomar nota para instrumentar operativos de reacción o fijar puntos de control en las ciudades para impedir la huida de los criminales.

Lo cierto es que siguen ocurriendo delitos de alto impacto y nadie les cierra el paso a los responsables después de cometer la fechoría.

El secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en la frontera, y el ajusticiamiento de dos de ellos, reveló una vez más la falta de estrategia para perseguir a los grupos criminales cuando el delito está en proceso. Visto por encima, Irving Barrios, surgido del gobierno panista, parece ahora más eficiente que Sergio Hernando Chávez García, quien proviene de Morena.

En estricto sentido, el general Chávez no proviene de Morena sino del PRI del Estado de México, donde se desempeñó como Subsecretario de Seguridad Pública, a las órdenes de Alfredo del Mazo. En su tiempo de servicio nunca ocupó la titularidad de Seguridad Pública.

La prensa mexiquense dedicó grandes espacios a la ejecución de tres policías que se hallaban de guardia en Tenango- Ixtapan, el 11 de septiembre de 2020.

Como superior jerárquico inmediato, Chávez García quiso ofrecerles un homenaje en el funeral, pero aquello se salió de control. Las viudas y hermanos de las víctimas le recriminaron al general esas muertes por rotar de zona a los elementos. “Pendejxs mandos, ahí están los aviadores”, gritó una mujer, de acuerdo con la prensa.

Más allá de la grilla y el escándalo político causado por los últimos eventos, Tamaulipas está fuerte, transformado y optimista, porque ya se marcharon los charlatanes del PAN y la corrupción. Pero se necesita sacudir a la Secretaría de Seguridad Pública, quizás allegarle buenos asesores, para que todos marchen igual y entreguen resultados.

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