Arturo Beltrán Leyva secuestró a García Luna por favorecer al Cártel de Sinaloa: «El Grande»
“Fue en una carretera del estado de Morelos, rumbo a Cocoyoc”, dijo «El Grande» durante la audiencia por narcotráfico en contra de García Luna, el exfuncionario del entonces presidente Felipe Calderón.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, lugarteniente de los Beltrán Leyva, declaró ante el juez Brian Cogan de la Corte federal del Distrito Este, en Brooklyn, Nueva York, que después del arresto de Alfredo Beltrán Leyva «El Mochomo», su hermano Arturo secuestró a Genaro García el Luna.
“Fue en una carretera del estado de Morelos, rumbo a Cocoyoc”, dijo «El Grande» durante la audiencia por narcotráfico en contra de García Luna, el exfuncionario del entonces presidente Felipe Calderón.
Tras hablar con él, Arturo Beltrán Leyva soltó al entonces Secretario de Seguridad Publica y le siguieron pagando sus cuotas mensuales de soborno.
El secuestro de García Luna ocurrió presuntamente durante la guerra entre las fracciones de los Beltrán Leyva contra «El Mayo» Zambada, «El Chapo» Guzmán, Ignacio «Nacho» Coronel y Juan José Esparragoza Moreno “El Azul”.
Arturo Beltrán Leyva, de acuerdo con el testimonio de «El Grande», sospechó que García Luna lo había traicionado y que se puso del lado de sus enemigos del Cártel de Sinaloa tras el arresto de «El Mochomo», por lo cual decidió secuestrarlo.
García Luna dejó de contestar las llamadas de Arturo, incluso las que se hacían a través del Luis Cárdenas Palomino, su brazo derecho dentro de la Secretaría de Seguridad Pública”, afirmó «El Grande» durante su segundo día de testimonio en la Corte en Brooklyn.
“Lo levantaron en una carretera del estado de Morelos que va rumbo a Cocoyoc y lo llevaron a una oficina (casa de seguridad) para ver a Arturo”, contó Villareal Barragán, quien tras cumplir una sentencia de 13 años de cárcel en Estados Unidos, ahora se encuentra en libertad aunque bajo la vigilancia de agentes federales.
En la oficina, Arturo Beltrán Leyva le leyó la cartilla a García Luna y le preguntó de qué lado estaba en la guerra entre los sinaloenses, tras llegar a una entendimiento lo dejó ir y acordó seguirle pagando entre un millón y millón y medio de dólares mensuales para que lo siguiera apoyando.
El Grande contó en la sala 8D que preside el juez Cogan, que después él fue a la casa de seguridad y se vio con Arturo, en donde sobre el piso de la sala “estaban los cargadores” de las armas de los elementos de la escolta de García Luna, inhabilitados durante el secuestro de su jefe.