Maniquí hueco de aparador
Sin Filtros; por Brenda Ramos
Alejandra Cárdenas no fue elegida por el pueblo de Ciudad Victoria, sino que la curul le llegó simplemente por haber nacido en la cuna de los Cárdenas, aquellos políticos del PRIANOSAURIO que alguna vez dominaron el país; y lejos de ejercer dignamente su papel de diputada y ahora como presidenta de la mesa directiva, no es más que un maniquí hueco de aparador, que habla y camina al son que le toquen los cañonazos de dinero de su patrón Cabeza de Vaca.
La diputada que nació en cuna de oro, perdió convenientemente la memoria al aceptar ponerse a disposición de Cabeza de Vaca, quien fue el verdugo del priismo por 6 años y hoy demostró como ha venido haciendo desde que fue nombrada presidenta de la mesa, que cuando se trata de dinero, no le importa perder la dignidad y vergüenza.
Y así fue que, por sus pistolas y al estilo de Imelda Machetes, la victorense reventó la sesión del CONGRESO ilegalmente, ya que en el pleno se aprobaría la reforma la ley de agua, que al fin quitaría en candado que ilegal y corruptamente instalaron cuando Cabeza de Vaca todavía era gobernador, para que su hermano el Senador Ismael Cabeza de Vaca siguiera saqueando estos organismos.
Alejandra declaró falta de quorum sin verificarlo con tal de no continuar con la sesión, lo mismo hizo el día en que el diputado René Cantú “se sintió mal” y para ella fue mas “conveniente” parar tooooda la sesión, que continuarla sin la presencia de uno de los diputados, lo mismo sucedió con la pasada amenaza de bomba, que les cayó como anillo al dedo.
La reforma de la ley de aguas ya había pasado en comisiones, solo quedaba votarla en el pleno. Por este y los posteriores “jales” que se aviente la legisladora, hay quienes aseguran que será la candidata a la presidencia municipal de Acción Nacional, sin embargo, ni con todo el ponch que reciba de parte de los panistas podría ganar, porque el PAN ya caducó en Tamaulipas y solo un muñeco hueco de aparador se seguiría prestando a hacerle el caldo gordo a Cabeza de Vaca.
El error que cometió Alejandra, no solo acaba de sepultar su carrera política, sino que acaba de crispar cualquier esperanza de acercamiento o puente con gobierno del estado, al impedir una vez más que el estado pueda librarse de la corrupción que dejó el señor de los cuernos.