“El Grande”, el sangriento sicario que heredó un cartel tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva y ahora está libre
El capo es uno de los factores clave para el juicio que EU prepara para el ex titular de Seguridad, Genaro García Luna
Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias “El Grande”, fue el heredero del Cártel de los Beltrán Leyva tras la muerte de Arturo Beltrán, a.k.a. “El Barbas” o “El botas blancas” en 2009 cuando cayó en manos de los soldados de la Secretaría de Marina (Semar). “El Grande” había sido uno de los lugartenientes del líder del cártel hasta que fue arrestado y extraditado a Estados Unidos en 2012.
“El Grande” fue señalado de ser responsable de participar en los delitos de asociación delictuosa, así como delitos contra la salud y lavado de dinero. Tras purgar parte de su condena durante casi ocho años, de pronto el narcotraficante de 1.98 metros de estatura y en ese entonces de 115 kilos de peso, fue dejado en libertad por la justicia estadounidense.
El lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva fue acusado de haber cometido por lo menos 90 asesinatos directos contra personas que señaló el jefe de los Beltrán Leyva, las cuales fueron torturadas y descuartizadas por “El Grande” como parte de “una limpia” que “El Barabas” ordenó realizar contra los amigos y conocidos de Mario Pineda Villa “El MP”, un antiguo lugarteniente suyo que aterrorizó Morelos.
¿Por qué “El Grande” fue liberado?
Sergio Villarreal se unió a los Beltrán Leyva en 2007 y con la muerte de Arturo Beltrán en diciembre de 2009, ahora rendía cuentas a Héctor Beltrán Leyva intensificando la guerra entre narcos, en particular contra Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie” quien tenía en el estado de Morelos su bastión, por lo tanto, “El Grande” buscaba eliminarlo y ordenó a sus sicarios asesinarlo.
Pero “El Grande” fue arrestado en el estado de Puebla. El narco era uno de los objetivos prioritarios de las autoridades que ofrecían una recompensa de 30 millones de pesos para quien proporcionara información que llevara a la captura del lugarteniente de los hermanos Beltrán, cuyo arresto se realizó sin haber un solo disparo tanto de las Fuerzas Armadas como de civiles armados.
“El Grande” entonces quedó en prisión junto con otros dos narcotraficantes. Villarreal Barragán era originario de Torreón, Coahuila, tras nacer ahí el 21 de septiembre de 1969. En la década de 1990, se unió a las fuerzas de seguridad como policía judicial. Posteriormente entró a las filas de la Policía Federal y fue ubicado en el municipio de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Pero a mediados de la última década del siglo XX, “El Grande” se unió al Cártel de Juárez donde paulatinamente conoció a capos de otros grupos criminales entre ellos del Cártel de Sinaloa, del Golfo e incluso con Los Zetas. Pero tras ser arrestado, el gobierno de Estados Unidos comenzó una relación con el capo de casi dos metros de altura para que fuera un testigo protegido.
De esa manera, “El Grande” se convirtió en un testigo protegido por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (la DEA, por sus siglas en inglés) para proporcionar información en el caso contra el ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, quien fue era el encargado de la seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Hace un año, el 12 de noviembre, Sergio Enrique Villarreal Barragán “El Grande” fue borrado de la lista negra de la justicia de Estados Unidos, ya que fue uno de los testigos clave para señalar los vínculos que García Luna tenía con el narco, cuando presuntamente recibió 50 millones de dólares de Arturo Beltrán Leyva, por lo que el sicario considerado uno de los más sanguinarios, dejó de cumplir su sentencia en la cárcel y por ahora está en libertad.