Por:Mauricio Fernández Díaz
Ciudad Victoria.- Ya aprobada la elección extraordinaria, todo mundo está consciente de que Morena es el favorito para ganar la senaduría vacante en el estado. El partido de López Obrador no tiene dudas de este pronóstico sino de quién lo debe representar en los comicios, pues sus opciones son varias y muy competitivas. Acción Nacional, en cambio, necesita recoger del suelo los pedazos del partido después de la destrucción que le causaron los hermanos Francisco e Ismael García Cabeza. Para empeorar la cosa, el PRI analiza la posibilidad de competir solo.
En 2022, el PAN tomó la decisión sensata de aliarse con el PRI para buscar la gubernatura de Tamaulipas, pero no le alcanzó. A pesar del evidente repudio a García Cabeza de Vaca y sus malos resultados, la fórmula electoral obtuvo 628 mil 541 votos e hizo un honroso segundo lugar, ya que Morena, antes de la elección, presumía una diferencia de 3 a 1 a su favor, un cálculo absolutamente falso y sensacionalista. Completada por el PRD, la alianza es también la única esperanza de poder ganar a la 4T en otros estados e incluso en la presidencial de 2024.
Para la elección extraordinaria de senador, de fecha inminente, el escenario ha cambiado de raíz: el PAN ha perdido el poder estatal, carece de la hegemonía que da gobernar y no cuenta con los recursos materiales de antaño. Añádasele el desprestigio que aún lastra ante muchos sectores para empeorar esta crisis. El cabecismo, al que nadie osaba contradecir, no despierta más el temor de antes, y eso lo ha notado el PRI.
Cansado de las imposiciones del PAN, Edgar Melhem, dirigente estatal del tricolor, ha dicho que a su partido le interesa la alianza, pero solo si le permiten escoger al candidato.
De hecho, el diputado local de Río Bravo simpatiza con la idea de ir solo a la elección. “Si hay una alianza que sea un priista quien la encabece”, ha dicho a la prensa. “De entrada es participar con un candidato propio”.
Si lo pensamos con calma, el líder priista es congruente con la postura que asumió desde la elección estatal del 5 de junio. Sin respetar las formas y atropellando cualquier tanteo democrático, el polémico Luis Cantú Galván, alias el Cachorro, se inclinó desde un principio por César Verástegui como candidato de la alianza PAN-PRI, cuando apenas iba a realizarse la interna. Y nada malo había en el ingeniero, ese punto no está en discusión, sino en el sesgo autoritario con que manejaba y ha manejado siempre Acción Nacional sus elecciones internas y el trato con sus aliados. Melhem llegó a decir que los sondeos nacionales colocaban a Chucho Náder arriba del Truko Verástegui para gobernador, pero el Cachorro se cerró o fingió no oír nada.
Y una vez más, a unas semanas de la segunda jornada electoral, ahora para elegir solamente una senaduría, el Revolucionario Institucional le advierte a su aliado que quiere tomar la iniciativa para poner al candidato.
Y se perfila Ramiro Ramos Salinas para encabezar la fórmula del PRI, haya o no alianza con Acción Nacional. Es el único que ha manifestado su interés; el único, también, que no se ha puesto la cadena al cuello para que el PAN lo controle.
Ante estos movimientos, sin poder ni credibilidad, Luis Cantú solo ha atinado a decir que desconoce la postura del Revolucionario Institucional, y que ni siquiera ha hablado con ellos. Quizás sea Francisco García Cabeza de Vaca quien aún no lo hace, pero se nota desconcierto en el panismo.
Más le vale ubicarse inmediatamente en el presente porque el destino ya los alcanzó. Este jueves 1 de diciembre el INE aprobó los lineamientos y el calendario para la elección extraordinaria de senador, y las fechas principales ya están corriendo.
De acuerdo con el instituto, el registro de candidaturas será el próximo 27 de diciembre, mientras que el periodo de precampaña y de campaña será del 28 de diciembre de 2022 y el 15 de febrero de 2023. La jornada electoral será el 19 de febrero de 2023.
¡Quedan 25 días para el registro de candidatos! Francamente, no hay tiempo para pensar demasiado, y lo más lógico es usar una cara conocida, aunque sea mal vista por la gente, incluso Francisco García Cabeza de Vaca.
Para esta elección insólita se utilizará la misma lista nominal de los comicios del 5 de junio, que consta de 2 millones 722 mil ciudadanos. Habrá, desde luego, el ansiado premio de los subsidios para los partidos con registro. A Morena le corresponden 12 millones de pesos (primeras prerrogativas para el nuevo comité estatal); al PAN, 6.7 millones, y al PRI 6.3 millones de pesos.
Si la candidatura se tasara por el tope de campaña, solo Francisco García Cabeza de Vaca, en el PAN, obtendría ese derecho: 12 millones 361 mil pesos. Nadie sabe en qué estaba pensando el INE cuando fijó esta cantidad.
Usted, lectora o lector panista, ¿los tiene?