La marcha de AMLO y sus efectos en Tamaulipas
José Ángel Solorio Martínez
¿Impactará política y electoralmente, la marcha encabezada por AMLO el pasado domingo en la CDMX?
Sí.
En mucho, trastocará los escenarios regionales.
1.- Galvaniza la estructura partidista de MORENA. El arrollador evento, genera confianza y eleva la moral combativa de los contingentes guindos en el estado. Los miles de asistentes que se trasladaron al centro político del país, mostraron la capacidad organizativa –pocas veces vista– de la militancia lopezobradorista.
No es una especulación: los morenistas de a pie, rebasaron a sus propias dirigencias, la estatal y la municipal.
La moral combativa de los simpatizantes de la IV T, se elevó.
La elección extraordinaria será una fiesta, para el candidato a Senador y para el partido de AMLO y de Américo Villarreal Anaya.
2.- En sentido contrario, impacta en la ya baja autoestima del panismo tamaulipeco –principalmente el reynosense– arrinconando a los azules que sobrevivieron al colapso de junio pasado. Si la derrota en la contienda por la gubernatura, lo puso en la lona, el escenario nacional lo arrasará y lo victimizará.
Si antes de la espectacular marcha de López Obrador, los albiazules pensaron en que el tropiezo por la gubernatura, podría ser remontado, hoy deben ponderar que se enfrentan a un partido y a unos gobiernos con un soporte popular no visto desde el presidente Lázaro Cárdenas.
3.- Hoy por hoy, debilitar al panismo tamaulipeco, es erosionar la perniciosa herencia dejada por Francisco García Cabeza de Vaca. Los vientos de AMLO en la comarca, abren la posibilidad concreta, de que Villarreal Anaya tome las riendas completas de la Administración estatal.
Es la coyuntura perfecta, para iniciar la construcción de los cimientos de la IV T en Tamaulipas: un PAN menguado; unos aliados del panismo regional, en franca agonía –el PRI cada día se hunde mas, en tanto el PRD, ha perdido su acreditación en el estado–; un gobernador con un bono ciudadano intacto; el líder de facto del la oposición –Cabeza de Vaca– a salto de mata; una favorable recomposición del Congreso, para MORENA, delinean una atmósfera sociopolítica muy amigable para el avance de la IV T en la entidad.
4.- La compactación del panismo; la parálisis del PRI y la desaparición del PRD –ya oficializada por los órganos electorales– los obligan a ir juntos en las elecciones futuras. A juicio de las encuestas preliminares, ni en montón, podrían descalabrar al candidato del lopezobradorismo. En concreto: es una necesidad para tricolores, azules y lo que puedan rescatar del Sol Azteca, mantenerse como bloque.
De otra forma: la coalición PRIAN, va.
5.- La participación del gobernador Villarreal Anaya, en la manifestación para festejar el cuarto año de gobierno de López Obrador, es una excelente señal para la IV T. No sólo denotó su filiación con el proyecto de AMLO; también, mostró su apego a la propuesta de continuidad con el próximo candidato (a) presidencial para el 2024. Tal actitud, lo hermana con el lopezobradorista y con quienes le darán permanencia hasta el 2030; al mismo tiempo, se desmarcó de un pasado priista que sectores fundacionales de MORENA le han reprochado.
Esa intersección evitará caer en la vieja fatalidad de los gobernadores tamaulipecos de la posrevolución: por tres años, les iba bien –mientras estaba en el poder el presidente que los apuntalaba–; luego, en el último trienio de su administración –llegaba un presidente quien, en un obligado desmarque de su antecesor, flagelaba a los gobernadores vinculados al ex presidente– era un infierno gobernar en tan viscosos escenarios.
Las ondas del efecto AMLO en Tamaulipas, no son ni menores, ni tersas.
