PolíticaPrincipal

El show cómico-mágico del PAN para sabotear al Congreso de Tamaulipas

Por : Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.-En la 65 Legislatura del Congreso de Tamaulipas se desarrollan casi los mismos géneros del teatro cómico, con personajes bufos e historias de enredos como la del marido engañado, el avaro y el enfermo imaginario. La diversión está garantizada para los ciudadanos aburridos y ansiosos de emociones. Desgraciadamente, para los que esperan una vida mejor a través de la ley, se van a decepcionar.

Nunca antes, en la historia de Tamaulipas, se habían sucedido tantas amenazas de bomba, todas falsas, en el recinto del Congreso y su zona. Ocurrieron entre el 15 de noviembre, en dos ocasiones, aunque nadie estuvo en peligro de muerte como pudiera creerse por la palabra “bomba”. Pero si bien no mató personas, sí mató sesiones, pues debieron suspenderse debido a la emergencia.

Curiosamente, quienes hicieron muchas preguntas cuando avisaron de la supuesta amenaza fueron los diputados locales del PAN. Actuaron muy en serio ante un asunto muy en broma. Recuérdese que el Congreso del Estado se asemeja ahora a la Comedia Francesa.

Con las amenazas falsas, los panistas demostraron un terror profundo a los explosivos, pero eso no es lo que más los aterraba; no. La iniciativa que envió el gobernador para rehacer la Ley de Aguas del Estado sí les provoca un pavor mortal, aunque traten de disimularlo. Decimos rehacer porque ellos la habían enmendado para que el gerente general de Comapa Tampico fuera aprobado por mayoría en el Congreso. En aquella ocasión, los panistas eran mayoría e impusieron a Alejandro Guerra Turrubiates, a quien las redes consideraron un títere de Francisco García Cabeza de Vaca; llamarlo títere es incorrecto: se trata de su primo.

Apenas llegó la propuesta del gobernador Américo Villarreal para romper el candado mencionado, el 9 de noviembre, los panistas dieron inicio a su espectáculo cómico-mágico-musical en el Congreso del Estado. Los actores principales, por supuesto, eran Félix el ‘Moyo’ García y Luis ‘Cachorro’ Cantú Galván. De haberse pintado la cara de blanco hubieran conseguido un efecto magnífico en escena o, más bien, en el pleno; los habrían ovacionado a carcajadas. Como sea, fueron dos grandes payasos.

El 15 de noviembre se avisó a los legisladores de una amenaza de bomba en la Asamblea Estatal. Como ellos presiden la Junta de Coordinación, ordenaron evacuar el recinto y suspender la sesión. El tema del día era la propuesta del gobernador Villarreal para derogar la Ley de Aguas panista, pero la bomba falsa lo impidió.

Verificar el sitio en busca del explosivo tomaría no más de tres horas a los expertos, por lo tanto, cabía la posibilidad de reanudar los trabajos legislativos. Sin embargo, el destino parecía simpatizar con el PAN, y una nueva amenaza de bomba, horas después, saboteaba por completo la intención. Esta vez, la alarma cundió en la Torre Bicentenario del Gobierno, a un lado del Congreso del Estado. Los 800 empleados que lo ocupan fueron retirados y ya no hubo ninguna posibilidad de rescatar la sesión.

Llegó al miércoles 23 de noviembre, y ya no habría bomba real ni ficticia que impidiera revertir las leyes cabecistas que la 65 Legislatura, controlada por el PAN, aprobó desmesuradamente con ayuda del Moyo García, líder de esa fracción.

Pero sucedió lo inimaginable: Luis el ‘Cachorro’ Cantú, se infartaba en pleno recinto, o se daban a entender en el Congreso.

Eran cerca de las 12:00, casi al momento de iniciar la presentación de iniciativas, cuando la diputada priísta Alejandra Cárdenas gritó: “¡Un cardiólogo!”.

En seguida, el Cachorro se perdió detrás del paredón frontal de la sala. Nadie lo vio desmayarse ni hubo registro de ello en las cámaras de vigilancia, pero ya estaba atrás, pidiendo ayuda. Fue sacado por unos médicos que ese día asistieron al Congreso.

Por segunda ocasión en un mes, se suspendía la sesión ordinaria, lo que provoca acumulación de expedientes. Llamar a extraordinaria es facultad del presidente de la 65 Legislatura, el panista Félix el Moyo García, pero no muestra interés en eso.

No podemos asegurar que el Cachorro haya fingido un mareo para atascar la iniciativa del gobernador. Pero juzgue si algo raro no pasó. Se manejaron tres versiones del desmayo: que tuvo un preinfarto (recuerde el grito “un cardiólogo”), que la presión sanguínea le subió a 200, y que fue un problema vesicular. Esta última la publicó el mismo Cachorro, acompañado de una fotografía, en el confort de su comedor.

Esta escena pudo haberle provocado enojo a la diputación morenista, aliada del gobernador, pero a sus adversarios del PAN, por el contrario, les causó gracia. De este modo caía el telón de la comedia de Acción Nacional.

Sin embargo, la obra panista está condenada a convertirse en una tragicomedia, pues ha ganado unas cuantas semanas antes de que mueran definitivamente las reformas de Francisco García Cabeza de Vaca.

Mientas retrasa con bombas y desmayos la reforma a la Ley de Aguas, acaba de entrar ahora la iniciativa para corregir la Ley de Coordinación del Sistema de Seguridad Pública, con la cual le quitarían las súper facultades al fiscal panista Irving Barrios, que hoy controla la impartición de justicia, el C-5 y la UIFT.

Convertidos en bufones de Cabeza de Vaca, el Moyo García y el Cachorro Cantú divierten con sus payasadas al respetable en el Congreso del Estado. ¡Pobres de los verdaderos panistas!

Notas relacionadas

Botón volver arriba