La revolución mexicana: vertida en tinta fría (1)
Por: Vicente Hernández
«Sólo el tiempo nos permitirá dar a la Revolución Mexicana su justa dimensión»
‹Abel Pérez Rojas›
El próximo domingo 20 de noviembre se estarán cumpliendo 112 años de haber estallado la revolución en México, una revolución que empezó con un movimiento civil en contra del presidente Porfirio Diaz, quien con su modo de gobernar generó grandes desigualdades sociales, y como consecuencia el estallamiento de la violencia por el cambio de poder para los grupos revolucionarios, y para la clase política resultante, pero a través de los años los estudiosos sobre este tema se han hecho la pregunta sobre si Porfirio Diaz fue ¿Héroe o villano?
Porfirio Díaz fue antagonista de Benito Juárez para llegar al poder, otro demócrata masón que se convirtió en dictador al llegar al poder, es sabido que a Benito Juárez lo apoyó el gobierno americano con armas para expulsar del gobierno a Maximiliano de Habsburgo, y con la muerte de Juárez el camino se allano para Porfirio Díaz.
Porfirio Diaz tomó las armas contra el gobierno federal en dos ocasiones: la primera contra Benito Juárez, con el Plan de La Noria, y posteriormente, contra Sebastián Lerdo de Tejada, elaborando el Plan de Tuxtepec, tras el triunfo del segundo plan, Díaz asumió la presidencia del país en forma interina entre el 28 de noviembre de 1876 y el 6 de diciembre de 1876, y por segunda vez del 17 de febrero de 1877 al 5 de mayo de 1877. Ejerció el cargo en forma constitucional del 5 de mayo de 1877 al 30 de noviembre de 1880. Posteriormente, ejerció la presidencia del país de manera ininterrumpida entre el 1 de diciembre de 1884 y el 25 de mayo de 1911, el tiempo que acumuló ejerciendo el cargo de presidente de México tuvo una extensión sin precedentes, llegando a los treinta años con ciento cinco días, y este lapso en la historiografía mexicana se denomina Porfiriato
Francisco I. Madero se lanzó contra el gobierno porfirista cuando Porfirio Díaz anunciaba a través de una entrevista con un periodista extranjero, que estaba listo para entregar el poder, sin embargo, había tantos intereses creados en su entorno que lo obligaron a no respetar su palabra, y tuvo que abandonar su país después de renunciar a su mandato
Pero también la figura de Francisco I. Madero el llamado “Apóstol de la democracia” tiene sus bemoles, ya que según se puede leer sus datos biográficos, fue un hacendado de alcurnia ya que descendía de una de las familias más ricas del país, educado hasta los 12 años en el Colegio Jesuita de San Juan Nepomuceno en Saltillo Coah. prosiguió sus estudios en los Estados Unidos, y luego en el Liceo Versalles, y en la Escuela de Altos Estudios Comerciales en París, en fin, que fue un joven bien preparado en las mejores escuelas de su época, a lo que hoy el gobernante del palacio nacional calificaría como un “Fifi”.
En 1901 con tan solo 28 años de edad, se revela como gran activista político y difunde el periódico de carácter anarquista llamado Regeneración, fundado por los hermanos Jesús, Enrique y Ricardo Flores Magón, el cual vio la luz el 7 de agosto de 1900; desde sus inicios, el propósito de la publicación fue denunciar los abusos y excesos del gobierno encabezado por Porfirio Díaz, así como el menosprecio por los derechos humanos, pero fue hasta 1905 cuando verdaderamente da inicio su carrera política cuando funda el Club Democrático Benito Juárez, del cual fue presidente.
En octubre de 1908, Madero escribió el libro “La Sucesión Presidencial de 1910”, que lo proyectó como el candidato viable para contender en las elecciones presidenciales de ese año, por el Partido Antirreeleccionista, en contra del candidato reeleccionista, Porfirio Díaz.
Para 1910 la contienda electoral se redujo al enfrentamiento entre el Reeleccionismo, que apoyaba la fórmula Díaz-Corral; y el Anti-Reeleccionismo, representado por la corriente maderista, en abril de este año Madero inicia su campaña electoral en Monterrey el 15 de octubre de 1911, y se celebraron elecciones para la Presidencia de la República, en las cuales resulta vencedor, y finalmente Madero rinde protesta como presidente de México el 6 de noviembre de 1911
Con la llegada al poder de Francisco I. Madero, el gobierno de Estados Unidos lo vio como un riesgo a sus intereses, y participó en un complot con Victoriano Huerta (Pacto de la embajada) para derrocarlo, el resultado fue la decena trágica que fue un periodo de diez días, en el que un grupo de inconformes con intenciones golpistas, se levantaron en armas contra el gobierno del Presidente Francisco I. Madero, así que el presidente Madero no pudo terminar su periodo, ya que fue arteramente asesinado junto al vicepresidente José María Pino Suarez el 22 de febrero de 1913 por ordenes de Victoriano Huerta, quien usurpó la presidencia de Madero, pero esta no sería la última intervención norteamericana en la política nacional.
A Francisco I. Madero se le recuerda como todo un héroe de la revolución mexicana, pero en su lado gris también se le recuerda como un gran nepotista, porque en el poco tiempo que estuvo en el poder, fue señalado de haber repartido cargos importantes a miembros de su familia, convirtiéndolo en un presidente nepotista, también tenía afición por el espiritismo, y le faltó malicia en el ejercicio del poder al caer en las manos de su verdugo a quien protegió: Victoriano Huerta.
El presente texto no pretende adicionar renglones nuevos a la historia (soy escribidor, no historiador) de la revolución mexicana, simplemente expongo fragmentos que quizás sean los menos conocidos a los que aprendimos en la escuela de nuestra infancia, y es el primero de una trilogía que estaré escribiendo como un preámbulo al festejo del domingo 20.