Por: Vicente Hernández
“Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
‹Georg C. Lichtenberg›
Fue el 28 de agosto de 1938, cuatro años después de haber iniciado su gobierno el presidente Lázaro Cárdenas del Rio cuando nace la Confederación Nacional Campesina -CNC-, el propósito de crear esta confederación fue con la finalidad de acabar con los latifundios, y fomentar el desarrollo de la pequeña propiedad, y la creación de nuevos centro ejidatarios, por lo que las comunidades indígenas y campesinas ejercerían su derecho de propiedad sobre sus tierras, en otros casos esperaban que les fueran restituidas
Para lograr lo anterior, se empezó a congregar a los líderes campesinos para escuchar sus propuestas y proyectos para el desarrollo de sus comunidades, conocedor de la problemática del campo y para fortalecer la naciente organización, el presidente Cárdenas expidió un decreto el 9 de julio de 1945 con la finalidad de que el PNR (fundado el 4 de marzo 1929 durante el sexenio de Plutarco Elías Calles) organizara una liga de comunidades agrarias en cada estado de la Republica, y elaborara con estas una Central Campesina a nivel nacional.
Entonces el PNR empezó a trabajar en la organización de un Comité Organizador de la Unificación Campesina, y fue nada menos que el tamaulipeco don Emilio Portes Gil quien dirigió este Comité, y bajo su dirección se logró organizar a ligas campesinas locales, realizar convenciones de unificación, lo que se hizo durante siete meses en 14 entidades del país, con lo que se logró agrupar a aproximadamente 700 mil campesinos, esto en 1945, sin Internet, y sin todas las modernas tecnologías digitales representaba un gran esfuerzo, así la organización fue creciendo hasta reconstruir el PNR, al fundar el Partido Nacional Revolucionario -PNR-. Al pasar de los años la CNC llego a convertirse en uno de los tres pilares sobre los que se construyó el PRI el 18 de enero de 1946, la segunda fue la CNOP que se formo el 26 de febrero de 1943, y la tercera es la CTM fundada el 24 de febrero de 1936.
Así un cansado PRI con 70 años de edad, sucumbe bajo los millones de votos depositados el domingo 2 de junio del 2000, a favor de un guanajuatense bravucón, de botas y bigotón, llamado Vicente Fox, que le arrebato la hegemonía que por tantos años había conservado, y a partir de esta fecha el gran dinosaurio quedo herido de muerte, y viéndolo débil los otrora fieles militantes que ocuparon cargos de alta y baja envergadura, empezaron a abandonarlo como las ratas cuando ven que el barco se hunde, aunque ya antes este partido había perdido militantes progresistas de primer orden como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, por mencionar solo dos de ellos, que fueron los ideólogos de los diversos partidos de izquierda, de los que a la fecha solo sobreviven dos: el PRD y el PT.
De sus tres sectores empezaron las fugas hacia el PAN, y principalmente a Morena, convirtiéndose en los que hoy se les conoce como los “Primores” siendo la cereza del pastel el descarado apoyo que recibió Morena de parte del Diputado y líder nacional del PRI Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, con los votos de su bancada a favor de la iniciativa de mantener al Ejército en las calles hasta 2028, “Obsequiándole los glúteos” (para decirlo de manera elegante) al reyezuelo que vive en su palacio frente al Zócalo.
Y para no quedarse atrás en eso de “Obsequiar los glúteos” el dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI aquí en Tamaulipas Edgar Melhem Salinas, acudió presto la semana pasada en compañía de un grupo de líderes de la organización campesina priista CNC al palacio de gobierno, atendiendo una invitación que le hiciera el gobernador morenista Américo Villarreal Anaya, pero más que una invitación, fue una simbólica entrega en charola de plata de la CNC de manos de Edgar Melhem, al Gobernador Villarreal Anaya, a cambio de vaya usted a saber que favores, que ya en el transcurso del sexenio habremos de saber.
Tanta historia, tanta lucha, y tantos logros a través de tantos años, para que ahora los tres colores que caracterizaban el logotipo cenecista sean cambiados por el guinda morenista, debido a la actitud sumisa, entreguista y obviamente convenenciera, tanto de Alejandro Moreno por su traición legislativa como de Edgar Melhem con la entrega de la CNC, quedando de manifiesto que con estas acciones emularon la postura de la avestruz: parados, con la cabeza enterrada…en la tierra, pero con las piernas abiertas en forma de “A” “Para lo que se le ofrezca patrón”
