Por:Mauricio Fernández Díaz
Consume Tamaulipas participaciones federales de 2023 en este año
Ciudad Victoria.- Los pensamientos de todos no deberían estar en 2022 sino en el año entrante, ya que desembocarán diversos acontecimientos en un mismo momento. Para desgracia de la clase trabajadora, es decir, de la mayoría, el tema dominante será la política, y esto afectará los asuntos económicos, como la lucha contra la inflación, el desempleo y el desabasto de medicinas. Y uno de los estados que más ayuda necesita en estos tópicos es Tamaulipas.
¿Fueron razones políticas las que impulsaron a la gente a rechazar al PAN en la elección del 5 de junio o fueron razones materiales, de malestar social? La respuesta tibia sería «ambas”; México viene de una terrible pandemia que alguna mente diabólica quiere hacernos olvidar, como si no hubiera dejado luto y pobreza a su paso; muchos hogares perdieron un hijo, un padre, un hermano o una hermana debido al coronavirus; muchos perdieron el empleo o su negocio: eso jamás se olvidará. De hecho, en lo económico, las ventas apenas se están recuperando al nivel prepandemia. En consecuencia, la principal motivación para votar o rechazar a un partido es la economía familiar y la economía personal.
No hay que distraerse, pues, en otros asuntos que no sean los del ingreso, tan fundamental en la vida de las personas y los gobiernos que sin él prácticamente nada puede hacerse. Y el gobernador Américo Villarreal Anaya estará de acuerdo con nosotros, ya que acaba de solicitar un adelanto de dos mil millones de pesos al Gobierno de la República para cubrir las necesidades del resto de año.
La nueva administración estatal tuvo que recurrir a esta petición debido al déficit fiscal heredado de Cabeza de Vaca, ya que dejó las cuentas vacías al entregar el gobierno el 30 de septiembre pasado. Este anuncio da tranquilidad a toda la burocracia y empleados de confianza, pero implica un precio para las finanzas generales. Se van a descontar de las participaciones de 2023; no se trata, entonces, de una compensación del dinero faltante sino de un pago a cuenta de lo que recibirá el año siguiente.
En el país, el gasto federalizado lo componen las participaciones y las aportaciones federales. Las primeras son recursos que los gobiernos estatal y municipal pueden ejercer libremente, mientras que las segundas son recursos etiquetados. Libremente no significa a su antojo sino con autonomía, pero bajo prácticas lícitas. En el caso de Tamaulipas, se trata de un adelanto de las aportaciones de 2023.
Esos dos mil millones de pesos se emplearán íntegramente en el pago de salarios correspondientes a noviembre y diciembre, así como de los aguinaldos. Por el momento, recuperar el abasto de medicamentos y materiales en los centros hospitalarios deberá esperar a 2023; están asegurados para entonces.
En lo concerniente a la nómina, hay respiro en la administración estatal. «Vamos a cerrar el año sin ningún problema desde el punto de vista financiero», dijo el gobernador hace cinco días. A ver si en 2023 no hacen falta esos recursos para atender a la población o fortalecer sectores estratégicos.
Erasmo suele englobar todos los recursos federales que llegarán a Tamaulipas para dar una impresión de abundancia, y no diferencia las participaciones del programa federal de inversión, en el que los estados no meten mano. Al final, hay un efecto positivo en todo, pero definitivamente no son lo mismo.
En 2022, la Federación entregó a Tamaulipas 31 mil 600 millones de pesos de participaciones federales. En 2023, la cifra ha subido a 37 mil 450 millones de pesos. Esto representa un incremento neto de 5 mil 850 millones de pesos más, o 18.5 por ciento comparado con 2022.
Pero si Tamaulipas decide ejercer dos mil millones de pesos de dicho incremento desde ahorita, desde noviembre de 2022, para el año entrante sólo le quedarán 3 mil 850 millones de pesos de ese excedente. El aumento de 2023 habrá quedado muy reducido. El monto de convenios de descentralización será 3 mil 465 millones de pesos, un incremento francamente mediocre de 2.9 por ciento. Esto datos los compartió el propio diputado federal Erasmo González, en una entrevista a los medios de comunicación.
No será una año fácil para la economía de los tamaulipecos el año entrante, y estos números, que corresponden al gasto federalizado que el estado puede manejar directamente, no dejan mucho lugar al optimismo. Queda confiar en que la afinidad partidista de ambos gobiernos se convierta en una verdadera ventaja para los ciudadanos.