Política

El ciudadano Gilberto Martínez

Por Oscar Díaz Salazar

Desde hace un buen tiempo he venido posponiendo platicarles del Ciudadano Gilberto Martínez.

Uso el título de ciudadano, sabiendo que pude llamarle profesor, porque quiero referirme a la labor que realiza, y al tiempo y el trabajo que obsequia a la colectividad, que lo hacen merecedor del título de ciudadano.

Por tener amigos en común, he tenido el gusto y el privilegio de participar en varias reuniones en la terraza de su casa, en las que abunda la camaradería, el debate, el intercambio de opiniones, las risas, estimuladas por el ambiente amigable y las bebidas fuertes, como el café y las birongas.

El maestro Gilberto Martínez es panista, de los de antes, de los que conocen y dan importancia a la doctrina. Pero hoy no les quiero hablar de la filiación partidista del profesor (jubilado) Gilberto Martínez. Hoy quiero platicarles que el maestro Gilberto es un apasionado de la jardinería, de los árboles y del trabajo, y esa afición la ha aplicado en algunas áreas públicas que colindan con su casa familiar, ubicada frente al bulevar Álvaro Obregón de Reynosa.

Por sus redes sociales me entero que con regularidad arregla el camellón que divide los dos cuerpos del bulevar. Corta el césped, lo riega. Siembra plantas de ornato, árboles frutales. Poda los árboles existentes, mueve tierra, fertiliza etc, etc.

Confieso que tengo una afición (que no practico) por la jardinería. La disfruto, me gusta, pero he de decirles que mi contribución se limita a ser solidario con mi hijo, que si agarra el talache, la pala, el pico, la podadora y otras herramientas, para que el jardín de la casa familiar tenga flores, pasto y árboles.

Menciono el hobbie de la jardinería que practica mi hijo, -y que yo aliento y disfruto- para decirles que sé del enorme esfuerzo que implica mantener un jardín y por eso es que respeto, admiro, valoro y agradezco el trabajo que nos obsequia el ciudadano Gilberto Martínez.

Además de las múltiples generaciones de chamacos en los que sembró las primeras letras, hoy siembra limones, naranjos, mezquites, sauces, retamas y flores, muchas flores.

Por todo eso

¡Gracias Maestro!

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