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Presionan a Américo para que meta las manos por Geño

Por: Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Primero que nada, la historia. En la administración 2004-2010 hubo un grupo de contratistas consentidos que lo ganaba todo y que fue conocido como el “Cártel del Concreto” (así bautizado atinadamente por Gustavo Cárdenas). Un puñado de corruptos se enriqueció, mientras la mayoría de los victorenses sufrió pobreza y bajos salarios. La cabeza de esa mafia no podía ser otro que Eugenio Hernández Flores, el “Geño”, por permitirla. Injustamente, ahora quieren chantajear al gobernador Américo Villarreal para que abogue por su excarcelación.

Ya no citaremos la olimpiada de secuestros y ejecuciones que ensombreció ese periodo de la historia de Tamaulipas, porque la hemos referido con anterioridad y por ser un tema conocido de todos. Bastaría con esto para inhabilitar de por vida a Eugenio Hernández.

Pero la vida, precisamente, no sucede conforme al gusto de uno, sino que toma sus propios caminos. El de ahora está lleno de buenas promesas para la familia del exgobernador, preso en el penal de Tenango del Valle, Estado de México, por delitos de corrupción. Imaginan que su hermano tiene la libertad asegurada porque el cabecismo perdió la elección y ha llegado un victorense al gobierno de Tamaulipas; más que imaginarlo, están decididos a hacerlo realidad a cualquier precio.

La familia Hernández Flores está en todo su derecho de pelear por la libertad de su hermano y de quitar cualquier obstáculo que se lo impida. A lo que no tiene derecho es a tergiversar la información y a presionar al gobernador y a su familia para que interceda por Eugenio.

Los abogados del exmandatario han emprendido una campaña informativa para denunciar supuestos testigos falsos y pruebas apócrifas. Después de haber ganado un amparo contra la prisión preventiva por uno de los delitos, los defensores quieren enviarle un mensaje al gobierno de Villarreal Anaya conforme a sus intereses. “El poder judicial de Tamaulipas lo tiene preso: libéralo, tú puedes”.

De acuerdo con fuentes cercanas, algunos atrevidos han querido manipular al gobernador actual con el argumento de que le debe su trabajo y tal vez su carrera política a Geño. En efecto, en la administración de Eugenio Hernández, Américo Villarreal Anaya fue subsecretario de Calidad de Atención Médica Hospitalaria de la Secretaría de Salud, de 2004 a 2010. Bueno, ahora le quieren “cantar” al doctor el cargo que le dieron hace 18 años.

No satisfechos con esa vileza, han hecho correr chismes de que miembros de la familia de Villarreal Anaya también recibieron pingües beneficios del gobierno de Hernández Flores sin siquiera tener que justificarlos. Como decimos arriba, son chismes, pero algunos incrédulos ya los dan por buenos y comienzan a ver a Eugenio como un hombre en desgracia que ayudó con los ojos cerrados al doctor Villarreal y ahora éste le paga con ingratitud.

En un lugar como Ciudad Victoria, que depende por entero de la burocracia, son frecuentes estos chantajes a los servidores públicos para que respalden a un partido político o a una figura con un proyecto electoral si no quieren perder el puesto o incluso ver reducidas sus compensaciones.

Este chantaje no funciona con Américo Villarreal Anaya, médico especialista en cardiología y medicina interna, un profesional respetado y conocido en su gremio tanto dentro como fuera de Tamaulipas. En ese sentido, es más lo que él les ha dado que lo que le han devuelto.

De hecho, el gobernador Villarreal ya respondió a los abogados de Geño: si tienen pruebas de la falsedad de testimonios contra Hernández Flores, que lo denuncien a la fiscalía. “Existen las instancias correspondientes para hacer el señalamiento que corresponde y que se finque una responsabilidad a un servidor público que no haya actuado con la probidad que se esperaba”.

Entonces, en vez de andar grillando mediante comunicados y conferencias de prensa, que empapelen todo lo que a su cliente convenga y, si tienen razón, pueden confiar en la justica. Esa sería la única vía para excarcelar a Eugenio Hernández, no las presiones ni el chantaje.

Geño está quemado con el hombre que puede decidir para bien o para mal el destino de un exfuncionario preso: Andrés Manuel López Obrador.

El tabasqueño ha reiterado que hubo fraude en 2006 para impedirle ocupar la presidencia; ha sacado el tema a relucir ahora que busca reformar el INE porque, a su juicio, no quiere más despojos como aquel. En 2017, a través de sus redes sociales, López Obrador publicó las pruebas del “fraude descarado”. Y dichas pruebas no eran otra cosa que la conversación telefónica entre Elba Esther Gordillo y Eugenio Hernández. “Vale más hablarle a Felipe (Calderón) y decirle algo”, sugiere la maestra. “Si -responde Geño-, aquí estamos haciendo la chamba”.

Nada tiene que ver Américo Villarreal con los días en prisión de Eugenio Hernández, o con el hecho de que permanezca aún ahí. Muchas de sus acciones labraron su entrada a la cárcel y más vale que se enfoque en una auténtica estrategia jurídica para recobrar su libertad. Pero hay una opción informal que pudiera funcionar.

Debería la familia considerar un acercamiento con Mario Delgado y apoyar alguna de las precampañas de Morena, como la Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López. Se ha visto ahora a exenemigos de López Obrador convertidos en aliados.

Como están las cosas, todo es posible.

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