Seguridad

Tras casi un mes, levantan el paro en la Universidad Autónoma de Querétaro

Por unanimidad, el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) aprobó poner fin al paro iniciado el 30 de septiembre para exigir atención a denuncias por violencia de género.

Por Eric Pacheco

QUERÉTARO, Qro. (apro).– Por unanimidad, el Consejo Universitario, la máxima autoridad de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), aprobó los 28 puntos del pliego petitorio del movimiento estudiantil que había iniciado un paro generalizado de labores desde el 30 de septiembre.

Luego de la votación por el Consejo Universitario, en una sesión extraordinaria, las personas que integran el movimiento estudiantil contra la violencia de género celebraron aplaudiendo, gritando, abrazándose.

Esta acción dio pie a la lectura y firma de un convenio para levantar el paro estudiantil en la máxima casa de estudios de la entidad.

“Las partes comparecientes acuerdan que el presente convenio tiene por objeto levantar en definitiva y sin reserva alguna el paro estudiantil iniciado por las, les y los estudiantes autodenominados Facultades Unidas, que inició el 30 de septiembre de 2022 con motivo de la exigencia de atención a diversas demandas presentadas por las, les y los estudiantes y relacionadas con violencia de género hacia el interior de la Universidad Autónoma de Querétaro”, leyó Margarita Teresa de Jesús García Gasca, rectora de la UAQ y presidenta del Consejo Universitario.

Aún con el control de las instalaciones, las paristas solo permitieron la entrada a las personas que integran el Consejo Universitario al Campus C.U.

El acuerdo establece que a partir de este viernes se levanta el paro en todos los campus, facultades y unidades académicas de la UAQ en el estado.

Mañana, sábado 29 de octubre a las 12 del día, el movimiento estudiantil deberá hacer entrega de las instalaciones, con lo que se reanudarán las actividades, como las de investigación o administrativas.

Las clases se reanudarán hasta el jueves 3 de noviembre.

La Universidad estuvo paralizada durante cuatro semanas, siendo el movimiento estudiantil de mayor duración en la historia de la casa de estudios, mismo que fue encabezado por mujeres que se movilizaron para poner un alto al acoso y a la violencia de género y contra las disidencias sexuales.

“Concluimos un paro, iniciamos una revolución”

Varios de los estudiantes que integran el movimiento dieron un mensaje en el que fijaron su postura de no tolerar más violencia en la institución.

“Se acabó la soledad, la lucha individual y los medios particulares, es hora de la lucha colectiva y el bienestar comunitario”.

Una estudiante evocó las luchas estudiantiles en distintos momentos de la UAQ, como la de 1958 por la autonomía, la de las décadas de los 70 y 80.

También recordó los movimientos del 68, el 71 y a los normalistas de Ayotzinapa.

Una de sus compañeras expresó:

“Concluimos un paro, iniciamos una revolución. Las paredes llenas de pintas que gritan lo que no se dice, podrán ser tapadas, pero la memoria seguirá presente con nosotres”.

“El silencio ya no es opción”, agregó.

Una estudiante más fue tajante: “Somos la generación de las voces que ya no se quedarán calladas”.

“Esto es solo el principio, no nos vamos a detener, ya no nos vamos a quedar quietes esperando a que alguien más actúe y levante la voz por nosotres, siempre que exista la violencia, la negligencia, el acoso, el hostigamiento, la discriminación, la injusticia, el encubrimiento y la complicidad, vamos a alza la voz”, sentenció otra estudiante.

Una estudiante más dijo: “Estudiar en una institución impune, violenta y omisa nos hizo compañeros, pero luchar codo a codo, trabajar juntos, materializar nuestras ideas, vivir, sentir, pensar en colectivo por nuestra gente, este grito, esta lucha, este movimiento, nos hizo hermanes”.

Otro estudiante dijo que el movimiento es el comienzo de una serie de transformaciones que harán eco en la universidad y en la sociedad.

Una de sus compañeros sentenció: “A todas las personas que acosen, violen, hostiguen, violenten, encubran, abusen y que tengan discursos lgbtfóbicos, conductas machistas y misóginas, les reiteramos y les aseguramos que sus acciones no quedarán impunes, llegaremos hasta las últimas consecuencias, como ya han atestiguado”.

“No somos nido de violadores”

Tras llegar al acuerdo que levantó el paro, iniciado contra la violencia de género en la institución, la rectora Margarita Teresa de Jesús García Gasca rechazó que la Universidad Autónoma de Querétaro sea un nido de violadores o acosadores, “como se ha hecho pensar”.

Como lo ha dicho desde el inicio del paro, reiteró que la situación de violencia de género sobrepasa a la institución.

“La situación nos sobrepasa, pero no porque las universidades seamos nido de acosadores o violadores, como se ha hecho pensar, sino porque las universidades somos el reflejo de la sociedad”.

En un mensaje la rectora reconoció que se pudo haber pagado un menor precio con el paro, que se prolongó durante cuatro semanas, pero justificó que se necesitaba el tiempo necesario para lograr acuerdos.

Parte de lo que empantanó la solución fue que la rectora rechazó la demanda del movimiento de que renunciaran tres funcionarios y un docente.

Esta postura fue la que derivó en que durante 10 días no hubiera diálogo.

No obstante, dijo que en ambos lados de la mesa de negociación hubo voces sensatas y mentes claras.

También ofreció disculpas, luego de reconocer que no han logrado atender a las personas que lo requirieron.

“No hemos logrado atender a todas las personas que lo han requerido de forma puntual y oportuna, no hemos logrado que todas las personas se sientan confianza en los procedimientos institucionales y eso ha provocado que busquen otras alternativas, no siempre mejores, a todas las personas que no encontraron la respuesta que necesitaban, les ofrezco mi más sincera disculpa”.

En su mensaje, la rectora García Gasca pidió apoyo a las autoridades para que los casos de violencia de género que sucedan en la institución y sean abordados fuera de ella, los juzguen con perspectiva de género.

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