Política

La Comuna

El frustrado portesgilato

José Ángel Solorio Martínez

El retorno de dos diputadas a la bancada de MORENA en el Congreso tamaulipeco, no es ni para festejar, ni para lamentar. Es una conducta, que pinta a las dos legisladoras conversas y re-conversas. Es una pincelada, de lo que nuestra clase política está dispuesta a hacer en beneficio de sus intereses particulares, privados; es el pensamiento, que da prioridad a lo individual –en el servicio público– a lo colectivo, lo social.

Lo interesante del hecho, es lo que representa en el corto y mediano plazo: el desmoronamiento de un proyecto que intentó ser transexenal.

Ningún gobernador, –después de la revolución– excepto Emilio Portes Gil, ha logrado crear un poder que trascendió a su administración gubernamental.

Lo hizo, desde 1925 a 1947, con mano firme, monolítica.

El poder central, lo respetó; le mantuvo su coto de poder, a cambio de su adhesión a los gobiernos de la revolución y en honor a sus aportes al sistema político mexicano y su servicio al Estado posrevolucionario: fue presidente de la república, Ministro de Relaciones Exteriores, Procurador General de Justicia, diputado federal de alto nivel y de grandes resultados en el Congreso federal y gobernador del estado con notable desempeño.

Generó una corriente política –el portesgilismo– de muy relevantes cuadros: Magdaleno Aguilar, Juan Rincón, Francisco Castellanos Tuexi, Marte R. Gómez y Hugo Pedro González Lugo.

Todos ellos, de alto perfil en cuanto a honestidad, sólida ética política e incuestionables compromisos con el pueblo.

Nunca nadie, ha acusado a los portesgilistas de rapaces.

Ni siquiera sus más feroces detractores; la crítica de sus adversarios, se centró en su “cacicazgo” en el estado.

Por ese legado del sistema político posrevolucionario, después de Portes Gil, los presidentes de la república pusieron gobernadores en Tamaulipas. Por ello, alargar el sueño más allá de la gubernatura, ni siquiera pasaba por la mente de los gobernadores.

Con la alternancia en la presidencia, cambió el juego.

(Finalmente, el legado en la gubernatura de Tomás Yarrington, es fruto de ese acontecimiento: Ernesto Zedillo, ya había delineado dejar al PAN en la presidencia; esa postura, permitió a Manuel Cavazos Lerma, instalar como sucesor a Tomás Yarrington. De una u otra forma, la alternancia definió la mano de MCL en el proceso de selección interna).

Los Ejecutivos del estado, inauguraron otra dinámica: el traslape entre el poder federal y el local, les dio la oportunidad de dejar heredero. Yarrington, postuló a Geño Hernández; Eugenio, lanzó a Rodolfo Torre y lo ratificó con Egidio.

Francisco García Cabeza de Vaca, sintió moverse en el escenario de los virreyes. Intentó catapultar al Truco Verástegui.

MORENA, y su candidato, frustraron la intentona del reynosense, de construir un pequeño portesgilato en la región.

¿Por qué?

Sólo hay que interpretar, con la herramienta de la ósmosis inversa:

1.- Portes Gil, poseía una base social amplia y profunda. El Partido Socialista Fronterizo, la Liga de Comunidades Agrarias, casi la totalidad de los Ayuntamientos, casi la totalidad de diputados locales y senadores y unos amarres formidables con los poderes federales.

2.- A nivel local, ninguna fuerza, superó su estructura social.

3.- Sus cuadros gobernantes, nunca tuvieron disensos preocupantes en la entidad.

4.- No ha existido un tamaulipeco, tan conocedor y con tanta capacidad de adaptación en el sistema político mexicano –como que fue uno de sus más destacados creadores– hasta hoy.

En la vida política, como la vida cotidiana, cada quien es artífice de su propio destino.

El mismo Emilio Cándido, describió al sistema político nacional:

-Esa máquina traga hombres…

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