Víctima de tentativa de feminicidio mal entendió a su agresor, considera jueza de Yucatán
*Una jueza de Yucatán rechazó vincular a proceso por intento de feminicidio a un hombre que ahorcó dos veces a su expareja, al considerar que la víctima mal entendió las intenciones del agresor
CIUDAD DE MÉXICO.– Una jueza penal en el estado de Yucatán vinculó a proceso a un hombre, identificado como Edwin «N», por el delito de lesiones en contra de su expareja, pero desestimó la acusación de tentativa de feminicidio bajo el argumento de que la mujer mal entendió las intenciones de su agresor, quien la ahorcó en dos ocasiones.
Este viernes, en audiencia inicial, la jueza de control, Elsy del Carmen Villanueva Segura, adscrita al Juzgado Segundo de Control del Primer Distrito Judicial en Mérida, Yucatán, desestimó los testigos presentados por la víctima, Astrid Sánchez, y la Fiscalía General de Justicia del estado, que formuló la imputación contra Edwin «N» por tentativa de feminicidio.
Entre sus argumentos, la jueza señaló que, aunque el hombre de 30 años ahorcó en dos ocasiones a su expareja, ésta se encontraba tan alterada al momento de los hechos que su percepción fue errónea porque, según la juzgadora, no hay indicios de que el joven tuviera intenciones de matarla, sino sólo de ocasionarle una lesión.
Por ello, prohibió al joven salir de Yucatán y emitió una orden de restricción para que no se acerque a la víctima mientras dura el proceso.
La historia
Luego de que Astrid decidiera dar por terminada su relación con Edwin «N», con quien llevaba un noviazgo que duró un año y medio, él insistió en buscarla para reconciliarse.
La noche del 14 de abril pasado, Edwin «N» acudió a buscar a Astrid a su casa en Mérida, Yucatán, donde la joven reiteró su deseo de no regresar con él.
«Él sabía que yo estaba sola porque mi hermana publicó en redes sociales que ella y mi mamá estaban en el pueblo de mi abuelo, yo lo dejé pasar porque nunca pensé que fuera capaz de agredirme, nunca pensé que intentara asesinarme, platicamos un buen rato, todo el tiempo le dije que no quería regresar con él, yo tenía cosas qué decirle de por qué terminé con él y por eso también acepté hablar», relató la joven en entrevista con Proceso.
Edwin le preguntó si estaba completamente segura de su decisión, la joven asintió, por lo que él se abalanzó sobre Astrid y la tomó por el cuello con ambas manos.
«Siento cómo el aire deja de entrar, no pensé en defenderme, agredirlo, quitármelo de encima, me concentré en seguir respirando, le rogué que me soltara, le prometí regresar, arreglar las cosas. Me soltó el cuello, pero siguió encima de mí, no se quitó.
«Me hizo jurarle que íbamos a estar juntos, pero cuando se dio cuenta de que era mentira, me dijo ´sé que si tuiteas algo me vas a arruinar la vida, y si de todas formas ya valió madre, y si de todas formas me voy a ir a la cárcel, mejor termino lo que empecé´ y me volvió a agarrar con las dos manos en el cuello», recordó.
Finalmente, para la madrugada del 15 de abril, Astrid logró que Edwin la soltara al jurar, por su madre y su hermana, que no daría parte a las autoridades.
«Me creyó porque sabe que yo no juraría por ellas bajo ninguna circunstancia y por eso estaba seguro de que yo no iba a hacer nada», dijo.
Al presentar su denuncia, la Fiscalía General de Justicia de Yucatán abrió la carpeta de investigación registrando el delito como violencia familiar, sin embargo, la joven solicitó apoyo legal para lograr que el caso se investigue como tentativa de feminicidio, delito por el que el ministerio público formuló imputación este viernes.
En la audiencia fue leída la declaración de la víctima y la de sus testigos, su hermana y uno de sus amigos, quienes si bien no presenciaron el momento de la agresión, dieron testimonio de que durante la relación Edwin tuvo conductas de violencia psicológica hacia Astrid, al punto tal de hacerse daño a él mismo para obligarla a continuar con el noviazgo.
Sin embargo, la defensa de Edwin argumentó que hace dos años la víctima estuvo en tratamiento para controlar la ansiedad que presentó mientras trabajó en una empresa en la que debía laborar los siete días de la semana.
Percepción alterada
Por ello, indicaron que Astrid tiene una percepción alterada de la realidad, además, debido a que la joven es más alta que su agresor, indicaron que «no se cree» que Edwin pudiera abalanzarse sobre ella y someterla porque ella es más grande que él.
Aunque en ningún momento negaron la agresión denunciada e incluso destacaron que Edwin soltó voluntariamente a Astrid, lo que demuestra una rectificación en su comportamiento.
La juez le dio la razón a la defensa en ambos puntos y añadió que, debido a que la percepción de la realidad que tiene Astrid está alterada, pudo interpretar que Edwin quiso matarla cuando en realidad sólo quiso agredirla, y desestimó los testimonios ofrecidos por la Fiscalía debido a que no estuvieron presentes al momento de los hechos y que, al tratarse de personas allegadas a la víctima, era obvio que iban a darle la razón.
«Lo único que quedó fue el reporte de la médico legista que me revisó cuando fui a denunciar que registró los moretones en el cuello, en la rodilla, en la pierna y en los brazos y la juez incluso dice que por la mecánica de hechos sí es probable que Edwin estuviera encima de mí, que sí es probable que me haya agredido, pero que no cree que fuera con las dos manos porque el enrojecimiento del cuello sólo está de un lado y porque pude hablar, pues en mi declaración dije que yo rogué por mi vida y que me comprometí a platicarlo y que le prometí cosas a mi agresor para que me soltara», contó.
«Por ello, la juez concluyó que es un delito de lesiones y no de tentativa de feminicidio, porque yo creo que me quiso matar porque estaba alterada, pero que su intención sólo era lastimarme».
Durante la audiencia, el fiscal insistió en que la agresión fue derivada de que la víctima rechazó continuar con la relación con el imputado, pero la juez no consideró que el delito fuera por razones de género debido a que dijo que no le consta que Astrid se hubiera negado a seguir con la relación y que cuando ella aceptó hablar, fue porque accedió a seguir con la relación.
- «Yo estaba luchando por mi vida y le hubiera dicho lo que quería escuchar para que me soltara», explicó.