Política

Un digno representante de la 4T

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

A lo largo de los años, hemos sido espectadores de la política mexicana, muchos han pasado por puestos importantes perdiéndose en la ambición y el poder utilizando estos para beneficio personal, gente que tuvo la capacidad y los recursos para trascender en una comunidad y en la historia ahora están exiliados o tras las rejas. No importa el partido que representen, estos personajes siempre existirán en uno de los países con los índices de corrupción e impunidad más altos a nivel mundial.

En nuestro estado, Tamaulipas, las diferentes ciudades ya se preparan para el primer informe de actividades correspondiente a cada ciudad, muchos con una buena cantidad de obras y actividades, otros tantos calentando el asiento nada más, otros más enriqueciéndose, con la mentalidad de que para eso llegaron, solo esperamos que no sean unos sinvergüenzas y dejen guardadas las joyas Cartier en casa, es lo mínimo que pueden hacer por respeto a sus empleadores: el pueblo.

En esta ocasión no hablaremos de los malos, porque no quiero que lean mucho; hoy nos enfocaremos en quien se supo conducir desde un principio con ideales inquebrantables, con una vocación y objetivo: servir a su pueblo y transcender en él.

Nos referimos al Mtro. Mario Alberto López Hernández, alcalde de Matamoros, quien en el tiempo que ha desempeñado su cargo como representante de la ciudad ha demostrado cumplir con el deber ser de un político; independientemente de su partido, es como todos deberían conducirse, dando un gran ejemplo de liderazgo, pasión y humildad para la ciudad que lo vio nacer.

Su manera de gobernar ha marcado un antes y un después en dicha ciudad, por eso la gente le dio su voto de confianza al reelegirse. Su sueño desde joven fue ser alcalde de Matamoros, dejando de lado proyectos importantes él tenía un objetivo claro que gracias a su esfuerzo y trabajo lo volvió posible. Nada sucede por casualidad, el alcalde se fijó una meta y la alcanzó; este tipo de personas son las que deberían elegir en todas partes. Un gobernante como el, con su historia y objetivos, lo último en lo que piensa es en el enriquecimiento propio, en cambio, aprovechan el tiempo en servir y ser recordado como uno de los mejores y eso, al final del día es la recompensa más grande que puede obtener una persona como Mario López.

Gracias a su trabajo y el de su equipo, diversas encuestas lo han colocado consecutivamente como uno de los mejores alcaldes del país, teniendo una aceptación muy por encima del promedio. Sereno y sin quitarle protagonismo a nadie, ni mucho menos haciendo circos como muchos para agradarle a la gente en vez de ponerse a trabajar, ha realizado muchos de los objetivos que se tenían planeados. En las pasadas elecciones a gobernador, el desde su trinchera aportó más de 100 mil votos consolidando la victoria del doctor Américo Villareal; en ningún momento se le vio buscando protagonismo, al contrario de los demás que, incluso muchos de los que andaban brincando y haciendo más escándalo en campaña perdieron en sus respectivos distritos.

En tema personal, el alcalde en mención tiene el respeto de un servidor, como dice el título, un digno ejemplo del proyecto de transformación de Andrés Manuel López Obrador.

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