Ante la controversia que surgió entre Arturo Elías Ayub y David Faitelson, se refresca la discusión de si el Guadalajara debe o no dejar a un lado su mística
Las Chivas del Guadalajara no están en el ojo del huracán. Más bien, ya son varios los huracanes que han pasado el redil rojiblanco, el cual ahora más que nunca parece en crisis, tal vez no a punto de descender como en otros años, pero sí con una afición lejana, con sus colores pisoteados por los rivales y con una directiva que no da esperanzas por su incapacidad de reacción, así lo dejan ver sus más recientes decisiones. Ante esto surge la pregunta eterna que renace cuando al equipo le va mal: ¿el club debe renunciar a sólo tener mexicanos en sus filas. Aquí 5 razones por las que Chivas no debe jugar con extranjeros.
Para muchos aficionados la desesperación ya está arriba de la cabeza, ahogados en la incertidumbre, con el orgullo por los suelos. Pero pese a ello no cambia y presume ser del Guadalajara, tal vez con su única bandera que ahora les queda: «juega con puros mexicanos». Pero a qué grado eso llega a ser una desventaja deportiva más que una esencia. Los malos resultados hacen que esa opción se empiece a ver viable.
¿Por qué Chivas NO debe jugar con extranjeros?
1.- Su tradición
Desde que el club nació, Chivas ha jugado con puros mexicanos. En el banquillo otra cosa ha sido, pero esa virtud —que ahora parece ponerle el pie a él mismo— resulta ser la mística y esencia por la que tiene muchos aficionados, algo digno de presumir ante una globalización que también consume a los equipos, no sólo de México, sino del mundo. Poca pertenencia tienen algunos clubes, la del Guadalajara es esa.
2.- La esperanza tricolor
Si bien ahora sólo aporta algunos elementos mexicanos —Alexis Vega, Roberto Alvarado y Fernando Beltrán—, antes fue base de la selección, por lo que los esfuerzos deberían ir encaminados nuevamente a ser la fuente de talento para el Tricolor, apostando a las fuerzas básicas, a elementos que aporten su expertis como en su momento lo hizo Hans Westerhoff o en el medio nacional como Efraín Flores. Nuevos talentos surgen también en la parte técnica que puede devolver esa característica a la cantera.
3.- Orgullo
Si bien no hay mucho que presumir por los Chivahermanos, jugar con mexicanos lo es. Resulta ser que el Guadalajara es más mexicana que la misma selección, pues con la presencia de naturalizados como Rogelio Funes Mori, pese a la presencia de Santiago Ormeño —que sí nació en México— es incluso más estandarte en ese aspecto que el representativo nacional. Antes había un dicho que decía: «si le va mal a Chivas, le va mal a la Selección Mexicana». ¿Reflejo del gran número de extranjeros que hay en la Liga MX?
4.- Luz verde en una liga de extranjeros
El problema no es la cantidad de extranjeros que juegan en la Liga MX, sino la cantidad de ellos que no aportan un plus a los clubes y que le quitan la oportunidad a los jóvenes mexicanos que tienen el talento para jugar en Primera División y emigrar a Europa. Chivas es el último en su especie en confiar en sus canteranos, por la obligación, la necesidad y la convicción. En un mundo que se rige por el alto precio del mercado y la expansión de jugadores, equipos como el Guadalajara o el Athletic de Bilbao en España —que juega con puros nacidos en dicha región— son salvadores de los recursos naturales de su país.
5.- Oportunidad en la adversidad
La salida más fácil: jugar con extranjeros; la más complicada: buscar una solución. Pero en la búsqueda pueden seguir saliendo nuevos retos que, en caso de superarse, Chivas puede resurgir aún más fuerte. En su momento ganaron títulos con puros mexicanos, llegaron a una final de Copa Libertadores con puros mexicanos, silenciaron Sudamérica en canchas hostiles, fueron multicampeones del futbol mexicano. La salida fácil nunca será la mejor respuesta. El aprendizaje y crecimiento cuesta varias noches sin dormir para Amauy Vergara, Ricardo Peláez, el técnico, los jugadores y los aficionados.
