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¿Qué es la reduflación y como le afecta a los mexicanos?


Vásquez destaca que para disminuir el efecto de una menor cantidad de producto, las marcas se enfocan en cambiar los centros de atención para que los consumidores noten más otras características que las cantidades.

“Se prioriza el sabor, la calidad, la distinción, lo hacen más atractivo. O hacen más énfasis en el precio, entonces es como decir que el efecto inflacionario o el efecto de cambio de precios en el mercado no les pegó a ellos y la gente sigue comprando pensando que nos venden la misma cantidad”, resume.

Mario Alberto Nava, catedrático de Mercadotecnia, explica que otro de los trucos utilizados es dar la idea de que viene más producto o de que hay una promoción con presentaciones más grandes, a fin de que el consumidor perciba que hay un beneficio aunque las cantidades sean menores o iguales a las tradicionales.

Recomienda entonces apostar por leer los empaques de los productos adquiridos, a fin de que los consumidores se vuelvan responsables e informados. El fin es reconocer este tipo de prácticas y alzar la voz en caso de irregularidades.

Las repercusiones

Para los consumidores se genera una pérdida del poder adquisitivo, es decir, de aquella capacidad económica para adquirir los productos y servicios. Los productos que habitualmente se consumen ahora les rinden menos, pero la cantidad que se invierte en ellos es la misma y, a veces, hasta mayor.

“A lo mejor el producto me sigue costando el mismo dinero, pero como estoy recibiendo menos cantidad, automáticamente el precio que estoy pagando por cada gramo o litro hace que sea más caro y, por lo tanto, tiene un reflejo en mi capacidad adquisitiva”, dice Vásquez.

A nivel de empresas está práctica puede llevar a que se lancen nuevos competidores con una mejor oferta: mejor producto, a un precio más económico o al mismo precio y mayor cantidad.

“Una vez que disminuyen la cantidad de producto que le dan al cliente, difícilmente van a regresar a una cantidad mayor. Eso significa cambiar los empaques y regresar a un empaque más grande significa volver a modificarlo y eso es un gasto adicional que para la compañía un resulta rentable”, comenta Vásquez.

Mientras las empresas señalen explícitamente la cantidad que ofrecen al consumidor, los ingredientes y la información relevante que debe tener el producto en el envase, no hay mayor repercusión si aumentan y disminuyen el precio.

“El mayor riesgo es el escrutinio de los consumidores. Ya no hay un consumidor 100% fiel a una marca porque existen más opciones y en el afán de que le den algo mejor van en busca de ese beneficio porque le da valor a su dinero y tiempo”, puntualiza Nava.

Con ello, hay una pérdida de confianza, cercanía y posicionamiento del consumidor porque hay quienes identifican, comparan e incluso llegan a publicar su percepción, generando una opinión sobre la imagen y marca de algún producto.

CON INFORMACIÑON DE EXCELSIOR

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