Política

Américo: el parto de los montes Por Oscar Díaz Salazar

Como el parto de los montes ha resultado la designación de Américo Villarreal Anaya como «guardián de la bahía», -o algo así por el estilo- eufemismo con el que disfrazan el destape que lo habilita como cuasi candidato de morena al gobierno de Tamaulipas.

Sin cargada, sin grandes pronunciamientos, sin despertar entusiasmos, sin generar grandes ilusiones, sin provocar festejos, sin alardes, sin causar adhesiones en masa, sin provocar reflexiones, sin causar resistencias, sin inducir manifestaciones ni de apoyo ni de rechazo, sin grandes coberturas en medios de comunicación, sin provocar cismas, sin lagrimas ni carcajadas, sin explicaciones, así nomas, de forma insípida, incolora e inolora, como el agua que ya quisieran tener los victorenses en las tuberías.

Dicen que en política no existen los vacíos y que los espacios son ocupados o llenados en forma inmediata, y no siempre por los actores que formal y legítimamente deben ocuparlos; y hago mención de esta frase porque me parece que aunque la designación del senador Américo Villarreal como (ante) candidato de morena al gobierno de Tamaulipas, se realizó en el inicio del asueto decembrino, el médico victorense está desperdiciando la ocasión de hacer irreversible su candidatura, de iniciar la marcha hacia el palacio de gobierno y de atajar rumores y maniobras que dificulten ese propósito.

Su ausencia, o para ser más precisos: su persistencia en el no hacer, su inercia en el dejar hacer y dejar pasar y su inactividad, que le ayudaron a sortear la etapa crítica en la que estuvo muy cuestionado por los supuestos vínculos con empresarios de dudosa reputación, ya cumplieron su propósito y hoy es tiempo de hacer, de hablar, de convencer, de dialogar y de actuar.

Es momento de hacer política para Américo Villarreal. Es tiempo de salir de la zona de confort en la que se limitaba a hablar de los temas de la salud. Es necesario que recorra el Estado y que entienda que en la capital solamente reside el diez por ciento de la población. Con los puros victorenses no le alcanza para ganar, y si hoy no sale al encuentro de los tamaulipecos que residen en los otros 42 municipios de Tamaulipas, entenderemos que su intención está más encaminada a la presidencia municipal de la capital.

De su lentitud para actuar, que lo hacen parecer «de bulbos» en un tiempo de muy avanzada tecnología de tarjetas electrónicas, da cuenta el rumor que ya circula y que hace mención a su sustitución llegado el momento de los registros formales de candidatos. Que ese y otros rumores malintencionados no trasciendan, es tarea del senador Villarreal Anaya y de su equipo.

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