Política

¿Secuestrará el PAN al PRI en la elección de Tamaulipas?

Por:Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Uno de los momentos cumbre del proceso electoral en Tamaulipas está por ocurrir: la decisión del Comité Ejecutivo Nacional del PRI de aceptar o no una alianza con el PAN para presentar candidato único en 2022.

Jamás, en toda la historia política del estado, estos partidos se han unido para competir en una elección. Más bien, han sido rivales de posiciones contrarias, incluso han tenido etapas ríspidas, como en la administración del priista Manuel Cavazos Lerma, quien trató de sabotear a los primeros alcaldes de Acción Nacional e intentaba frenar el crecimiento de ese partido.

Pero el mundo gira, todo da vueltas, y lo que el tiempo puso en los polos opuestos ahora parece integrarlos en un mismo cuerpo. Esto no será fácil sin traicionar convicciones, principios y propuestas, ya que de origen son muy diferentes y defienden intereses diversos. Pero el PRI es un enfermo terminal, a punto de morir, y prácticamente carece de recursos para una campaña estatal; una alianza quizás le provea de oxígeno y de unos años más de vida. El PAN, en tanto, se desmorona cada vez más como fuerza política después de perder la mayoría del Congreso Local y las principales ciudades de la entidad. Credibilidad, ya no le queda; su peor error se llama Francisco García Cabeza de Vaca, un hombre fuera de la realidad, sumido en problemas judiciales por corrupto. Entonces, va también por su salvación con un proyecto aliancista. El PRD no merece ni una palabra, por respeto a nuestros lectores y a nosotros mismos. Es la sombra bajo los pies del PAN y el PRI.

Queda por verse si los panistas, aquellos militantes históricos, de doctrina, se suman gustosos a una aventura con los priistas, sus viejos adversarios. Han quedado relegados, de hecho, del actual gobierno de Cabeza de Vaca y de las decisiones importantes del partido. La más reciente humillación infligida fue la llegada de los priistas Heriberto Ruiz Tijerina y Florentino Sáenz Cobos a la administración estatal, como si no hubiera cuadros en Acción Nacional. Consideramos que la derrota de 2021 se debió, en gran parte, al descontento de esta militancia, que ya no toleró un desaire más de sus propios correligionarios. Más que panismo, hay cabecismo. Muchos de ellos, como José Julián Sacramento, se han refugiado en la precandidatura de Chucho Nader, alcalde de Tampico, a quien consideran el único portador del ideario albiazul del bien común, la cultura democrática y el estado de derecho.

A propósito, los únicos priistas que hasta ahora aceptan la alianza con el PAN, como Baltazar Hinojosa y Edgar Melhem, apoyan únicamente a Chucho Nader como candidato de unidad para la gubernatura de Tamaulipas. A ningún otro aspirante están dispuestos a aceptar. Exigen perfil, experiencia y aprobación como criterio para elegir al abanderado, y en esos tres renglones obtendría una alta calificación el presidente municipal de Tampico.

Edgar Melhem ha sido enfático en rechazar la alianza con el PAN, puesto que solo el Comité Ejecutivo Nacional tiene la atribución de aprobarla. Pero su negativa parece molestar a alguien poderoso. Lo quieren arrinconar a que renuncie o la acepte, y para ello utilizan a militantes del mismo PRI. Ha resistido presiones internas para no regalar las siglas del partido a la causa panista, seguramente sin obtener nada a cambio.

Todo indica que el más interesado en la alianza es Acción Nacional y, encima de todo, busca imponer condiciones, la más importante de las cuales es el candidato. Así, el PRI actuaría de simple chambelán, bailando al ritmo que le toquen los conservadores y sin derecho a decidir en la composición de equipos, estrategias y compromisos. Nada; solo un monigote.

¿Este “arroz” ya se coció? ¿Han doblado al Comité Directivo Estatal del PRI? Deben coincidir demasiadas circunstancias para afirmarlo, y aún no se vislumbra un movimiento claro. Por ejemplo, quién será el candidato. De entrada, en eso difieren ambos. Pero el punto determinante será obtener el consentimiento del PRI nacional para formalizar la alianza.

El tricolor celebrará la XXIII Asamblea Nacional el próximo 11 de diciembre para suscribir acuerdos sobre su futuro. Y una de las mesas de trabajo, justamente, se llama Estrategia Política. Ahí se decidirá la conveniencia o no de alianzas con otros partidos en los próximos comicios. Participarán 3,274 delegados en las deliberaciones y votaciones.

Vistos fríamente, aspirantes como Ramiro Ramos, Enrique Cárdenas o el mismo Edgar Melhem podrían hacer una campaña decente como candidatos del PRI-PAN si tuviera que elegirse a una persona libre escándalos y de procesos judiciales en curso.

Por su parte, el PAN da muestras de contradicciones e inseguridades, como ha sido la característica del partido desde la presidencia de Marko Cortés. Primero, claman a por un bloque opositor unido para vencer a la Cuarta Transformación. Después, se bajan de la alianza cuando les conviene. Y acaban de hacerlo nuevamente. Ya anunció que el partido irá solo en la elección de gobernador en Oaxaca; seguramente hará lo mismo en Aguascalientes, ya que es el único estado donde figura como favorito para ganar.

Al parecer, Cabeza de Vaca no quiere ir solo a la elección de 2022 y se empeña en llevar al PRI a su lado. Los líderes de la estructura territorial y campesina, de hecho, ya están con él. Únicamente faltan la firma y el logotipo oficial.

El 11 de diciembre puede ser el día que marque para siempre la elección en Tamaulipas.

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