Política

Encontronazos legislativos, alianzas frágiles

A un mes de renovarse la Cámara de Diputados, los pataleos de todo los grupos parlamentarios empiezan a reflejar la fragilidad de las alianzas que se daban por sentado

A un mes de renovarse la Cámara de Diputados, los pataleos de todos los grupos parlamentarios empiezan a reflejar la fragilidad de las alianzas que se daban por sentado, o bien, de aquellas que se perfilaban desde el periodo electoral y que eran reivindicadas en proclamas y discursos todavía en agosto.

La alianza es débil entre PRI y PAN, partido este último al que se aproxima en posturas Movimiento Ciudadano, mientras que el priísmo logra acuerdos con Morena que, a su vez, queda con todo a medias, producto de una disputa entre el diputado Ignacio Mier y el senador Ricardo Monreal.

De inmediato, las suspicacias entre líderes de grupos parlamentarios y la forma en que se construyeron los primeros acuerdos, condujeron a un momento de tensión que inició con la inusitada falta de aprobación de la reforma al artículo 39 de la Ley Orgánica de la Cámara de Diputados que le tocaba al Senado que con eso entrampó el reparto de comisiones.

Hasta ahora, el origen del conflicto entre Mier y Monreal es desconocido, pero lo cierto es que la reforma a la mencionada Ley Orgánica tenía como propósito revertir el desastre que Mario Delgado provocó en las comisiones legislativas de la cámara baja.


Guiado por la impericia, la falta de técnica legislativa o por un sentido desviado de pretendida “austeridad republicana”, siendo diputado, Mario Delgado impulsó en la pasada legislatura una fusión de comisiones que resultaron disfuncionales:

Reunió en una misma comisión diversidad sexual con juventud, o ISSSTE con Infonavit, o Zonas Metropolitanas con Desarrolllo Urbano… eso se convirtió en un desbarajuste que al relevo de legislatura se proponían revertir incrementando a 51 comisiones legislativas.

Pero el miércoles, en el límite de plazo para la integración de las comisiones en la Cámara de Diputados que debía formalizarse el jueves, el Senado se vació. La mitad de los senadores se ausentaron, mientras que los cinco de Movimiento Ciudadano se salieron del pleno, alegando primero que iban a la toma de posesión de Luis Donaldo Colosio a Monterrey, para después acusar desaseo en la dictaminación, acuerdo entre Morena y PRI en la otra cámara y reclamando para ellos la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.

No hubo quórum. Ante el episodio, Fernández Noroña dijo sutil: “el senado es muy maldoso”. Y en efecto, la travesura del vaciado de la sesión que se atribuye a Monreal, aplazó la votación al próximo 5 de octubre, obligando a la Cámara de Diputados a quedarse con lo que hay, es decir, repartirse entre grupos parlamentarios sólo 40 comisiones, con lo que fue imposible cumplir con los acuerdos entre bancadas.

Esos acuerdos derivaron en un fortalecimiento del grupo de Alejandro Moreno Cárdenas, pues su grupo político dentro de la bancada, se quedó con las comisiones de Gobernación, Vigilancia, la oficialía mayor y poco más, producto de los acuerdos entre el priísta Rubén Moreira y el morenista Ignacio Mier.

Esto último dio pauta a que los lideres de Movimiento Ciudadano, el moral Dante Delgado y destacadamente el dirigente formal, Clemente Castañeda, apuntaran a una supuesta alianza entre el PRI y Morena (Primor, le dicen) que, en la bancada del PAN empieza también a prender debilitando los ímpetus aliancistas que hace cinco semanas todavía proclamaban en la plenaria conjunta de diputados electos, donde se intentaba despejar la sombra de la declaración de López Obrador, la segunda semana de junio, cuando dijo que podría buscar acuerdos con el PRI.

Posible, el encontronazo entre diputados y senadores, en especial si estos últimos ceden a los reclamos por procedimiento que viene alegando Dante Delgado, profundizará las diferencias hasta una eventual aunque breve parálisis legislativa.

Pero de pronóstico reservado es el desenlace de alianzas entre partidos que a las primeras de cambio no logran construirse, por un lado en oposición pertinaz y, por el otro, en dominante mayoría y esto último, aun sin que gravite de lleno entre ellos la sucesión presidencial de 2024.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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