La vacunación ha tenido una participación extraordinaria en esta etapa de 18 a 39 años; sin duda hay que reconocer no sólo la voluntad de tantos jóvenes de asistir y permanecer más de siete horas en las largas filas bajo el sol, sino de quienes han apoyado en la logística, pues hay voluntarios de instituciones educativas y de salud aportando su tiempo y esfuerzo por un bien común.
Lo que no se vale, es que José Ramón Gómez Leal, mejor conocido como el JR, esté concentrando la información para hacer una promoción personalizada, pues incluso a quien se llega a vacunar se le entrega una tarjeta con el nombre de este personaje y un código QR, con la instrucción de que para saber la fecha de la siguiente dosis deban consultar en su página de Facebook para poder enterarse.
En todo momento la federación ha recalcado que “la aplicación de la política nacional de vacunación es de carácter público, ajeno a cualquier partido político, quedando prohibido su uso para fines distintos a los establecidos en el programa”, pero el JR lo quiere hacer ver como si él fuera el que envió las vacunas.
Esto puede traerle una serie de repercusiones más adelante, especialmente al verse tan descaradamente notorio ese proselitismo, en lugar de manejar la información con responsabilidad tal como lo estableció la federación.
Pero los neolaredenses, muy bien, pues el martes se aplicó una cifra récord de 15 mil 528 dosis de Pfizer en un solo día en la ciudad, ayer por ahí de las 4:00 de la tarde ya iban más de 14 mil 480 vacunados, perfilándose incluso para superar al día anterior, pero eso lo sabremos más adelante.
El gobierno de Nuevo Laredo por su parte ha querido también meter su cuchara al acudir a los puntos de vacunación para tomarse la clásica foto de “aquí supervisando”, pero lejos de apoyar como debería, poniendo carpas, repartiendo una buena cantidad de botellitas de agua, suficientes sanitarios, etc., sólo van a tomarse la foto para que los vean y a ver quién cae y cree que son los responsables de haber llevado las vacunas y alzarse el cuello, pero al final, no se les percibe así.
