Política

MÁS DESEO QUE AUGURIO

El dirigente estatal del PRI, Édgar Melhem Salinas, ha señalado que así como no ha habido alianzas legales tampoco existe una alianza de facto entre el PRI y el PAN Tamaulipas, esto de cara a los comicios del próximo 6 de junio, sin embargo, hay evidencias que indican o que al menos hacen sospechar lo contrario.
Algunas de ellas, por ejemplo, son los candidatos a alcalde de municipios como los de Matamoros, en el que da la impresión de que Pedro Luis Coronado es un candidato a modo, igual que Paloma Guillén Vicente en el de Tampico, que competirán para dividir los sufragios y favorecer el triunfo del PAN, y que, en cambio, figuras destacadas del partido, como Alejandro Etienne Llano y Carlos Morris, en el de Victoria, hayan rechazado la participación, razón por la que se otorgó la postulación a Alejandro Montoya.
La misma percepción produce que se hayan asignados las candidaturas a Eleodoro Rivera, en Nuevo Laredo, a Benito Sáenz, en Reynosa y Adolfo Martínez Tapia en Madero, a pesar de que, además de que había opciones más prometedoras, se haya elegido a aspirantes totalmente desconocidos para los votantes.
También que, no obstante que el dirigente de la FTT, sector obrero del partido, Edmundo García Román, trabaja abiertamente para el Partido Acción Nacional desde el proceso electoral de 2019, cuando apoyó la candidatura de diputado de Edmundo Marón, el Revolucionario Institucional no se ha tomado la precaución siquiera de exhibido públicamente como traidor a la agrupación.
Lo mismo pasa con los ex dirigentes priÍstas del sur, casos concretos del ex alcalde de Ciudad Madero, Guadalupe González Galván, del ex coordinador de la Sedesol de aquel municipio, Ernesto Gutiérrez Rodríguez, y del jerarca del Movimiento Territorial en el puerto jaibo, Jesús Silva Gutiérrez, entre otros priístas que operan a favor de los candidatos del partido de Gómez Morín.
Pero sobre todo la falta de actitud crítica de los jerarcas del ex invencible ante el Gobierno del Estado y del PAN, que es una obligación de todo partido de oposición pues es una de las formas más eficaces de crecer y de granjearse las simpatías de los ciudadanos, de las que tanto está urgido al ex partido oficial Desafortunadamente para la causa tricolor, a excepción de Morena, el resto de los partidos políticos que no son aliados del partido albiazul, empezando por el PRI, no tocan a los panistas ni con el pétalo de una rosa y en las poquísimas ocasiones en las que lo hacen, lucen demasiado tibios o institucionales, como dicen.
Resulta difícil que, como ha vaticinado de manera arriesgada Melhem Salinas, con esa clase de contendientes el auto llamado heredero histórico de las banderas de lucha del movimiento armado de 1910 superará ampliamente el 10.8 por ciento de las votaciones y las tres mini alcaldías logradas en los comicios de 2018.
Entre paréntesis, el que parece que sigue sin resignarse a que el alto mando de Acción Nacional lo haya dejado fuera de la disputa de la candidatura de alcalde de Altamira es el diputado Miguel Gómez Orta. El ex aspirante al cargo de Alma Laura Amparán Cruz insistió en días pasados en que deben de investigarse las cuentas públicas del Armando López Flores, a sabiendas de que el ex munícipe está trabajando ya a favor del proyecto político de Ciro Hernández Arteaga.
Para cerrar, la desafortunada frase de la semana en Tamaulipas estuvo a cargo esta vez del obispo de la Diócesis de Ciudad Victoria, señor Antonio González Sánchez, quien en medio de la pandemia, los cientos de miles de contagiados y de muertos, aprovechó la homilía del martes pasado para afirmar que “los que usan cubrebocas para protegerse del coronavirus es que no confían en Dios”.
Como era de esperarse, el prelado recibió una andanada de críticas a través de las redes sociales, sin embargo, no se ha sabido que las autoridades eclesiásticas superiores le llamen la atención y le den su jalón de orejas públicamente, por lo menos para cubrir las apariencias.
Antes del colofón, para que los tamaulipecos corroboren una de las tantas razones por las que los ciudadanos están tan decepcionados y le han retirado el respaldo al PRI, les pasamos al costo que el señor Hipólito Gerard Rivero, presidente del Grupo de Ingenieros y Arquitectos Asociados, y cuñado del ex presidente Carlos Salinas, para más señas, recibe anualmente la suma de mil 51 millones de pesos por la administración y mantenimiento de un reclusorio de Oaxaca que le concesionó a largo plazo el Gobierno Federal antes de la llegada de López Obrador a la presidencia.

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