Colocan «antimonumento» en Reforma por masacre en San Fernando
Fernando Camacho Servín
Diversas organizaciones civiles y familiares de migrantes colocaron un «antimonumento» en Reforma para recordar a las 72 víctimas de la masacre de San Fernando, ocurrida hace 10 años. Foto María Luisa Severiano
Ciudad de México. Diversas organizaciones civiles y familiares de migrantes colocaron este sábado un «antimonumento» en Paseo de la Reforma para recordar a las 72 víctimas de la masacre de San Fernando, ocurrida hace 10 años, y a todas las demás personas que han sido desaparecidas o asesinadas en territorio mexicano al tratar de llegar a Estados Unidos.
Poco antes de las once de la mañana, un grupo de personas comenzó a cavar en una de las jardineras que se encuentran sobre Paseo de la Reforma -a la altura de la embajada de Estados Unidos, pero del otro lado de la avenida- para retirar un pequeño árbol y colocar en su lugar una escultura de metal con el número 72 y un signo de más en referencia a todos lo migrantes que han sido agredidos en México.
De un lado el monumento tiene escrita la frase «Migrar es un derecho humano» y del otro, «Nadie es ilegal en el mundo».
Luego de realizar una ceremonia religiosa, en la que sacerdotes de México y El Salvador le pidieron perdón a los migrantes agredidos por «no estar a la altura de la necesidad» y poderlos ayudar, los organizadores de la manifestación subrayaron que a 10 años de ocurrida la masacre no hay una sola persona detenida ni sentenciada por estos hechos violentos, en los que perdieron la vida migrantes de diferentes nacionalidades.
Ana Lorna Delgadillo, directora de la Fundación para la Justicia y el Estado Democratico de Derecho, enfatizó que el antimonumento colocado hoy honra la memoria de los migrantes asesinados en agosto de 2010 en San Fernando, Tamaulipas, pero también de las víctimas de la violencia en otros episodios de violaciones graves de derechos humanos en todo el país, las cuales permanecen en la impunidad.
La especialista recordó que muchas familias de las víctimas de la masacre de San Fernando siguen esperando el apoyo del gobierno de México para que los restos de sus familiares puedan ser debidamente identificados y enviados a sus lugares de origen.
De igual forma subrayó que este tipo de atrocidades no serían posibles sin la complicidad de funcionarios mexicanos y lamentó que la política migratoria de este país y de las naciones centroamericanas sea definida desde Estados Unidos para obstaculizar y agredir a las personas que huyen de sus lugares de origen para buscar una vida mejor.
Por su parte, Ana Enamorado, madre de Osar Antonio López Enamorado, migrante salvadoreño desaparecido en México, lamentó que las autoridades del país no hayan hecho su trabajo de búsqueda de este joven y miles de migrantes más que fueron agredidos en su camino a Estados Unidos.
La mujer señaló que los familiares de las víctimas de San Fernando confiaron en las promesas del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador de que no les iba a dar la espalda, pero denunció que la ayuda del mandatario no ha llegado y que las agresiones contra los migrantes no se han detenido.