Miramar: el renacimiento que viene…
El Fogón
José Ángel Solorio Martínez
¿Qué destino turístico en Tamaulipas, atrae más visitantes?
No hay que pensarlo mucho: Playa Miramar, de ciudad Madero.
¿Quiénes gustan de vacacionar en esta playa?
Los usuarios de las arenas y el mar en mención, son tamaulipecos, nuevoleoneses, coahuilenses, potosinos y veracruzanos. Es decir: este sitio, se convirtió gradual y silenciosamente en el lugar más atractivo –debe haber otros sitios vecinos, pero ninguno con la potencia de aglutinar a más de medio millón de paseantes en un fin de semana– para muchos ciudadanos del Noreste mexicano –incluyendo las Huastecas–.
¿Qué explica el exponencial imán de ese núcleo paseante?
1.- Las bondades que ofrece como ecosistema. Aguas limpias –a pesar de contar con factorías como la refinería de PEMEX, esta opera con estándares de calidad y con instrumentos anticontaminantes–, arenas amables –en otras playas como las del Pacífico, son más bien pedregosas; o las de Europa, que se sienten realmente agresivas toda vez que las playas son conformadas por suelos continentales casi-riscosos y no se diga la temperatura: el agua rara vez sube a los 30 grados– y aguas cálidas (hasta en invierno, el agua puede tener hasta 26 grados).
Y otra más: no hay fauna letal.
2.- El desarrollo del sistema carretero. De Saltillo a Madero, ahora se hacen 4 horas; y de MTY 3 horas. De Veracruz –los veracruzanos norteños suelen elegir Madero como destino de playa, por los servicios que ofrece una oferta comercial amplia– hasta hace unos meses, de lugares como Pánuco, se viajaban hasta 5 horas para llegar a Miramar; hoy en hora y media se conecta a la región sur tamaulipeca.
3.- El crecimiento cualitativo y cuantitativo de la infraestructura turística. La expansión de los núcleos vacacionistas ha impulsado la ampliación de la oferta hotelera; tanto a orilla de playa como en la ciudad. Igual ha ocurrido con la red restaurantera.
4.- El palpable descenso de la inseguridad en la región sur. Años, la ciudad sufrió el flagelo de la violencia. Eso lastimó el interés de los norestenses por Miramar. La marcada disminución de ilícitos en las carreteras de Tamaulipas, potenció en los últimos dos años la asistencia de paseantes. Esos elementos, han contribuido a que Miramar se haya reposicionado en el mercado turístico nacional.
¿Y el coronavirus?
Este flagelo, golpeó sobremanera a la sociedad y al gobierno maderenses. Cuando la curva de aceptación de Miramar, rascaba números fenomenales, llegó la pandemia. Fue entonces, cuando entró la autoridad municipal: tomó la dolorosa –económicamente– decisión de cerrar –política y sabia actitud sanitaria– Miramar para frenar la expansión del COVID 19 entre la municipalidad.
El Cabildo, encabezado por Adrián Oseguera Kernión, enfrentaron la contingencia con eficacia y responsabilidad: trazaron una política de austeridad para los servidores públicos –los más altos– del Ayuntamiento para cubrir las necesidades de los pequeños comerciantes afectados por la cancelación de actividades en la playa. Y lanzaron la iniciativa de sanitizar todas las colonias de la ciudad.
En breve, podremos ver el renacimiento de Miramar.
No sólo por las razones expuestas.
No.
Ya hay otros valores agregados para que la sociedad maderense y su Ayuntamiento se preparen para presenciar el vigoroso retorno de Miramar al primer lugar en asuntos de turismo en el ardiente Noreste mexicano: obtuvo la certificación por parte la Fundación Europea de Educación Ambiental, que tiene su asiento en Copenhague, Dinamarca.
Blue Flag, se llama la presea que nadie poseía en el Golfo de México.
A ello suma, la certificación nivel III por la Norma Oficial Mexicana de la SEMARNAT. Este reconocimiento, sólo lo tiene Miramar.
Muy cierto el slogan: Tamaulipas lo tiene todo.
Ciudad Madero, lo tiene todo y más: una sociedad que resiste y trabaja, y un gobierno municipal que acompaña al pueblo tanto en sus zozobras y como en sus alegrías.
Sea parte de la nueva historia de Miramar: atestigüe desde sus arenas y espumas –cuando los expertos lo aprueben–, los festejos de la nueva normalidad en una de las playas más espectaculares de México y del mundo.