MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA
La venganza o como se le pueda llamar al desdén que el Presidente Andrés Manuel López Obrador a la iniciativa privada, en la que se incluyen pequeños y medianos comercios y empresas, puede resultar en un ‘suicidio’ del Estado Mexicano, de por sí débil, de por sí dando tumbos.
Así es mis queridos boes, la falta de sensatez y cálculo podrían tener como resultado que el país de muchos pasos atrás en la lucha contra las bandas organizadas y de nada habrán valido los cientos de miles de muertos y desaparecidos que nos ha constado esa guerra.
Aunque no lo dice textualmente, el presiente una y otra vez, si advierte que el rescate de su gobierno no es para empresas, ni para los ricos, sino para los más pobres.
Y queda claro, los créditos a la palabra que su gobierno ha ofrecido de 25 mil pesos no son capaces de mantener un solo empleo, cuando mucho le servirán a un taquero para comer con su familia dos meses, pero no le garantizará volver a operar.
AMLO, dibuja en sus conferencias, que los empresarios, a los que por definición considera hombres malos, explotadores y fabricantes de pobres, tienen que asumir todo el gasto de la pandemia: pagar los sueldos íntegros, pagar impuestos, mantener la fábrica, el taller; es decir darle mantenimiento para la vuelta de operaciones.
Insisto, no lo dice pero lo que esboza: que los empresarios gasten un poco de las ganancias que los empleados les han dado a ganar.
Es una máxima que no aplica en la mayoría de los casos, es más creo que aplica solo en unos cuantos. Porque a los empleados los patrones nos pagan y sobre todo, porque hay empresas que apenas sobreviven.
La teoría del Peje puede aplicarse tal vez a Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y apenas un puñado más de magnates, pero no a cientos de miles de tlapalerías, talleres, tortillerías, panaderías, tiendas de ropa, restaurantes, lavanderías, zapaterías e infinidad de giros más que antes del Covid ya estaban en crisis y con el SAT encima.
Por eso es que el cálculo de empleos perdidos entre marzo y abril podría haber ya rebasado el millón en México, a los que ya les dijeron que no tienen a dónde regresar, porque otro tanto no ha querido dar las malas noticias en medio de la tempestad. Los organismos empresariales y los analistas económicos calculan hasta 2 millones de empleos perdidos.
Ya en otra colaboración lo había dicho, ¿a dónde se va a ir a trabajar buena parte de los desempleados por la crisis del Covid y el ‘me vale’ de AMLO?. Claro muchos jóvenes y adultos con bocas que alimentar, con estudiantes que enviar a las escuelas no les va a quedar de otra que el último recurso: engrosar las filas de la delincuencia.
¿No se suponía que uno de los preceptos de la campaña de ANLO era quitarle el recurso humano a los carteles y por eso anda regalando el dinero de nuestros impuestos a los ninis?.
Bueno pues el desempleo hará trizas ese y otros programas de asistencia social. Tan sencillo como entender que un padre es capaz de cualquier cosa por su familia, incluso volverse sicario o secuestrador.
¿Saben quién si estaría dispuesto a rescatar a miles de empresas medianas, pequeñas y creo hasta grandotas que vayan a la quiebra y tiene con que hacerlo?, claro que el crimen organizado.
No creo que sea la intención de López Obrador que en México haya un narcoestado, a pesar de que es evidente que desde que entró no hay mucha intención de combatirlos; hasta ha compartido taquiza con ellos, pero el resultado de sus políticas de gobierno lo único que van a lograr es empoderar más a las organizaciones que saldrán de compras de ‘lavaderos’ de dinero.
Estamos a tiempo de que el tabasqueño cambie de opinión y entienda que rescatar empresas y negocios no es solo ayudar a los patrones, sino garantizar el trabajo de cientos de miles, por lo que urge que recapacite o cargue con la culpa de debilitar al Estado y encargarle la obligación de procurar los empleos a las bandas.
Claro que no se espera mucho de AMLO, menos si recordamos las lamentables declaraciones de ayer, en las que contra lo que piensa el mundo, contra el orden global, sale a recomendar que ya no se haga caso del crecimiento económico, que se deje de usar el PIB y demás
“Ya crecimiento, PIB, Producto Interno Bruto; esos términos deben entrenar en desuso, hay que buscar nuevos conceptos; en vez de crecimiento hablar de desarrollo; en vez de Producto Interno Bruto, hablar de bienestar; en vez de lo material, pensar en lo espiritual. Hay que cambiar ya con todo eso y no creer tanto en esas cosas”, por eso es la burla en el mundo.
Cabeza de Vaca en Altamira
El gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca estuvo ayer en el sur, en la gira puso en marcha otro hospital temporal Covid junto al Rodolfo Torre en Altamira, con 40 camas que permitirán la atención de enfermos de la epidemia.
Ahí estuvo con la Alcaldesa Alma Laura Amparán quien reconoció el esfuerzo de Cabeza de Vaca ante el Covid. Fue un buen día para Altamira, porque además el gobernador supervisó los avances de la construcción del Complejo de Seguridad que se edifica en ese municipio.
