2013 UN AÑO PERDIDO
Cuestión Pública
Por: luis lauro carrillo Soto
Presidente Enrique Peña Nieto
Tamaulipas México.- La administración pública es la acción del estado en la sociedad, caracterizada por su doble naturaleza: dominio político y dirección administrativa. De ahí que el éxito político normalmente está asociado a una buena administración, donde los niveles de desempeño de los gobiernos son un parámetro de evaluación de la sociedad.
Viene a cuento lo anterior porque el gobierno del presidente Enrique peña Nieto en el 2013 finaliza sin resultados en materia de seguridad, crecimiento de la economía empleo y otros rubros que podría considerarse como un año de gobierno perdido.
Al efecto las dos grandes expectativas que cautivó al electorado el entonces candidato peña Nieto: un manejo eficaz de la economía y recuperar la seguridad y la tranquilidad para el país, constituyen hoy los dos más grandes fracasos de la acción gubernamental.
Tengamos presente que al inicio de su mandato, Peña Nieto pronosticó un crecimiento del 3.5 % para 2013 y prometió cerrar el año con un déficit cero en las cuentas públicas para garantizar la estabilidad económica y concluyo con tan solo con un casi 1.3 % y autorización del Congreso para endeudarse por más de 700 mil dólares.
Es importante subrayar que en materia de seguridad el único cambio en la estrategia contra la delincuencia organizada fue de comunicación, por lo que ahora ya no está centrada en la guerra contra el narcotráfico como lo hizo el calderonismo, casi desapareció la información de los homicidios y arrestos, sin embargo los niveles de violencia e inseguridad a la fecha continúan muy altos.
Cabe agregar que en este 2013 además de la recesión económica, la inseguridad ciudadana y violencia delincuencial hay un evidente espacio de ingobernabilidad, donde los conflictos sociales y políticos no parecen tener solución; movilizaciones estudiantiles, magisteriales que no concluyen con todo y las anticonstitucionales concesiones hechas a la CNTE; grupos policías comunitarias y paramilitares.
Para el presidente Enrique Peña Nieto a la luz de los hechos este primer año de su gobierno fue destinado a asumir los costos políticos: Sacrificar imagen popularidad, expectativas, a sus aliados, partidarios hasta haber alcanzado sus objetivos de aprobación por parte Congreso de la Unión de las reformas estructurales: Educativa, Telecomunicaciones, Financiera, Fiscal y Energética.
En ese tenor, el 2013 que casi se termina habría sido un año perdido y el gobierno de Peña Nieto como realidad objetiva iniciaría el 2014 en el cual se pondrá en operación la segunda parte el plan trazado por la presidencia la expedición e implementación de las leyes secundarias de dichas reformas, es entonces cuando comenzarán los beneficios y cambios que habrían de potenciar el desarrollo.
En la real politik Peña ha preocupado al país, provocando la desesperanza, sus reformas estructurales si bien han sido éxitos políticos a nivel mundial, en lo nacional ha provocado incertidumbre y rechazo y no aceptación, como se ha evidenciado en las protestas callejeras, en entidades federativas controladas por la delincuencia y en empresarios que rechazan la política económica y fiscal.
Para contrarrestar lo no realizado del primer año de gobierno, se diseñó una estrategia de comunicación con la promesa de que todo va a cambiar una vez que se concreten las reformas en leyes secundarias y a su vez se implementen. Ahora el gobierno solicita el beneficio de la duda, las perspectivas para el país son sombrías, se llevará tiempo para aterrizar las leyes en la práctica y sus bondades.
Pero más allá de los efectos de las reformas, el triunfo político del presidente es que supo construir mayorías en el Congreso gracias al Pacto por México, firmado con el PRI, PAN y PRD, que ya agonizó, mismo que permitió sacar adelante reformas estructurales como prioridad antes que resolver el problema de la economía y la inseguridad ciudadana.
Empero cabe preguntar ¿Se iniciara realmente este 1º de enero el segundo año de gobierno peñanietista? ¿Comenzará ahora si el miércoles la administración de Peña Nieto? ¿Veremos ya un presidente gobernando más y apostando menos? Aunque las condiciones no están dadas para detonar el desempeño, está obligado a hacerlo, porque un segundo año como el 2013 no lo resistiría nadie.
En definitiva México está en crisis, con todos los indicadores a la baja: los ingresos petroleros, la recaudación fiscal, la actividad industrial, las exportaciones, el PIB, cero inversiones en materia de infraestructura, recesión económica, desempleo, pobreza, desigualdad social, violencia delincuencial, crisis alimentaria, violación a los derechos humanos. El gobierno de Peña Nieto en el 2013 fue un año perdido.
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