¡HASTA PRONTO, HUMBERTO!
POSDATA
GASTON ESPINOSA GLZ.
Además de su familia su pasión era escribir y lo hacía con calidad, por eso de ser columnista invitado, HACIA LA CIMA se convirtió en lectura obligada dentro de las páginas del EXPRESO MANTE. Sus inicios como servidor público se dieron en la administración de José Ernesto Manrique Villarreal (1996-1998) fungiendo como Director de Deportes y posteriormente como Director de Calidad Total, sin embargo su entrada a la política se dio cuando decidió participar como aspirante del PRI a la presidencia municipal de El Mante con más ideas que recursos, por eso pintó un caballo de verde y con él hizo la precampaña por la ciudad y aunque no ganó esa contienda dejó a tras a otros aspirantes que habían realizado un gran derroche de recursos económicos.
Humberto Flores Dewey sin duda era perseverante, por ello realizaba cada tarea con eficacia, liderazgo, talento y un profundo cariño hacia los demás, razón por lo cual le llegó la oportunidad de servir primero en un programa social de gobierno del estado, posteriormente el PRI municipal para después brincar a la diputación local y luego la presidencia municipal.
Logró inyectarle a la ciudad optimismo, esperanza y basado en cinco ejes rectores: Gratitud, Amabilidad, Honestidad, Responsabilidad, Eficiencia, logró generar las condiciones para salir adelante. Tan buen desempeño tuvo que el gobernador del estado lo tenía contemplado para que colaborara en gobierno del estado.
Fue ejemplo en lo político y en lo financiero, supo aguantar un ayuntamiento destrozado por las deudas del pasado y no se quejó, demostró que estaba ahí para servir a la ciudadanía, a su pueblo, no para quejarse.
Como ser humano era extraordinario, su bondad amplia. Gustaba de disfrutar a su familia, era por igual bohemio, virtuoso de la guitarra y del canto, la poesía.
Su partida el día de ayer cala, es un golpe duro para quienes conocimos a tan ejemplar hijo, excelente padre y un gran amigo.
Deseo arrebatarle sus palabras cuando hablaba de la Madre Teresa de Calcuta, un personaje al cual admiraba y que fue por cierto una de sus últimas aportaciones literarias en su cuenta de Facebook…
“La Madre Teresa de Calcuta, bien pudiéramos llamarla la Madre Grandeza de Calcuta.
Por la grandeza de sus sueños; por la grandeza de poder ser; por la grandeza de los valores que pudo redimir; por la grandeza de las personas que amó; por la grandeza de la verdad que profesaba; por la grandeza del servicio que siempre proporcionó; porque la grandeza se forma en la vida que se vive y ella ahí fue grande y su destino una pauta a seguir con un record muy alto, difícil de igualar.
Ella señalaba que había que alimentar a los hambrientos, pero que también había que saciar el hambre de soledad.
No sentirse querido, ni apreciado, ni necesitado por nadie es peor que el hambre. Decía: “He puesto muchas veces comida en la boca del hambriento, pero la ayuda material no cura el hambre de compañía”.
Solo el amor cura esa enfermedad llamada “soledad”.
Cuando damos nuestra compañía curamos el hambre del solitario.
Solo el amor cura la soledad.
Un afectuoso saludo amigos del facebook!!
Humberto Flores Dewey
Hasta la próxima”…
Hasta pronto amigo, te mando un fuerte abrazo, te extrañaré.