Columnas

SIN CERVEZA NO HAY PARAISO

 MAX ÁVILA

La probable imposición de una ley seca a nivel nacional, prontito encendió los ánimos populares.

Este miércoles, el gobernador de Nuevo León inició lo que muchos tomaron a broma al principio, pero que después se convirtió en tragedia, casi, casi equiparable al daño internacional causado por el coronavirus. Y pue-que más allá.

A Jaime Rodríguez “el bronco”, le siguieron sus colegas de Tabasco y Campeche. Y es probable que cuando usted se moleste leyendo estas líneas, se hayan agregado otros estados.

No lo merecemos. Sea que los mexicas no soportarían tal castigo. ¡Todo, menos desaparecer la cerveza!. No hay derecho, ni en tiempos de cólera.

Y si a esas vamos, no se la van a acabar aquellos que atenten contra la mexicana alegría, convertida en deporte nacional. Me cai.

Entonces, ¿con qué acompañar la carnita asada?, ¿y la sana convivencia de vecinos entrelazados por los chismes del barrio y una que otra infidelidad entre ellos y ellas?…¿y qué tal las reuniones de adolescentes que, animados por los humos de la cebada, levadura y lúpulo, son capaces de realizar las más voluptuosas travesuras?.

Algunas inconfesables en las oraciones nocturnas, aunque bien celebradas en las redes sociales.

Se trata de una puñalada trapera pa’ los bebedores “moderados” que incontenibles disfrazan el gusto después de la primera “caguama”. Y de ahí pa’l real, todo lo acumulado entre pecho y espalda incrementa la fantasía de un mundo ajeno al que nos tocó vivir.

Alegría, risas, generosidad, amor oculto y cariño fraterno. En este punto es donde surge lo más limpio e íntimo del alma humana.

Es decir, cuando los tomadores “sociales” intercambian camisas, abrazos interminables, besos, frases inaudibles, aunque entendibles a través de señas, y sollozos por el descargo de penas propias y ajenas.

La cerveza produce eso y más, si las complicidades se prestan y el juego de manos (que dicen es de villanos), se convierte en pasión de alto estímulo en las gónadas.

Es el milagro descubierto, más o menos 400 años antes de Cristo, no como vicio que conste, sino complemento de la alimentación de entonces, donde el pan “mandaba galleta” en las mesas hogareñas y el vino desde hacía cientos de años, estaba considerado bebida de reyes.

Ni como negar su importancia en el desarrollo de las grandes civilizaciones. Ahora mismo no extraña que los países de mayor consumo sean Checoeslovaquia, (líderes), Alemania e Inglaterra. México anda por el sexto lugar con 62 litros anuales por cráneo, en tanto cada checo se receta 169 litros.

Sea que en este aspecto mal no andamos.

Desde luego que la cerveza fue traída por los gachupines, instalándose la primera fábrica en 1542 por un tal Alonso de Herrera y como veis, al paso de los años destronó al pulque tradicional, así como al tepache, vinos de mezquite y otras de raro nombre, como “chinguirito”, “la chicha”, “zambundia” y “tesgüino” que quién sabe de qué estarían hechos, pero de qué emborrachaban, eso-que ni que.

El asunto es que la república está bajo amenaza de una ley seca que podría llevar a un desastre “pior” al provocado por el coronavirus.
Usted dirá que la tragedia en este sentido ya empezó, y tiene razón.

Y es que el arrebato masivo de cerveza en cualquiera de sus presentaciones, nada lo detiene. Ni siquiera el exhorto de algunos políticos que saben y entienden lo que significa disfrutar un “six” a la sombra de cualquier nómina oficial…como dijo aquel:

“Oiga compadre, por qué será que aquí en su casa la cerveza me sabe más sabrosa?”.

-“Pos es que aquí no te cuesta cabrón”.

Al carajo las recomendaciones de permanecer en casa, guardar la sana distancia y toda clase de consejos, que por diversas vías llegan a los infortunados habitantes de este rincón del planeta.

Nada importa más que la amenaza de paralizar la fabricación de la bebida nacional por excelencia.

En Nuevo León ya se concretó debido a la odiosa iniciativa del gobernador del estado. De ahí los asaltos indiscriminados a depósitos, tiendas de autoservicio, tendajos y todo aquel lugar donde se guardan reservas del preciado líquido.
Aquí es donde se hace necesario, obligado diría yo, unir fuerzas y crear un frente que detenga el atentado.

Defender la cerveza, patrimonio espiritual.

Entiendan, no habrá mejor antídoto para vencer la pandemia que “un 24” bien frío, digo, si es que se trata de morir felices. Qué más da si no hay vacuna y faltan hospitales, equipos médicos, personal especializado, enfermeras, camas, etc.

Al menos dejen que la raza se vaya contenta…No hacerlo denota crueldad innecesaria.

APENAS UN ESLABÓN

La muerte de Gerardo Ruiz Esparza no detiene el combate a la corrupción. El ex titular de SCT era apenas un eslabón en la larga cadena de inmoralidad del anterior sexenio.

Y hay tantos ex funcionarios involucrados, que el régimen de la Transformación está obligado a actuar en consecuencia. ¡Pero ya!.

No hay pretexto, ni siquiera la generosa actitud de AMLO en cuanto no realizar “cacería de brujas”, ni investigar a ex presidentes.

Ahora más que nunca, la república exige se llame a cuentas a los saqueadores.
Hay razón en algunos políticos y periodistas serios, respecto a que el supremo gobierno ha dejado pasar demasiado tiempo, dando lugar a que los responsables se blinden por diversos medios legaloides, huyan o desaparezcan como “tragados por la tierra”, siendo escasos a los que se mantienen tras las rejas, con la salvedad de que no son los meros causantes del desastre nacional.

Si la corrupción apunta hacia Calderón o Peña Nieto, como titulares del Ejecutivo que lo fueron, ya es hora de sentarlos en el banquillo de los acusados.

Desde luego es bueno que el gobierno morenista se haya ahorrado unos 700 mil millones de pesos porque ya no hay corrupción, cantidad que ahora sirve para atenuar los estragos del coronavirus, pero mucho importa dar el siguiente paso.

Ir sobre “los machuchones” y hacerlos que paguen sus fechorías, significaría aliviar parte de la tragedia.

Sería una bocanada de oxígeno para un pueblo que lo ha padecido todo, sin recibir todavía respuesta contundente de la cruzada contra la impunidad.

El presidente López Obrador ha sido tolerante en este aspecto.
Por otra parte, como buen demócrata, creyó que sus adversarios estarían dispuestos a hacer a un lado las diferencias personales anteponiendo el interés de la nación, por ello llamó a una tregua que los conservadores ignoraron, intensificando por el contrario, sus ataques por los medios acostumbrados.

Lo más mejor es que AMLO sigue teniendo el respaldo de las mayorías…las que cuentan, las reales y no depende de falsas encuestas manipuladas y patrocinadas por la derecha reaccionaria, fascista y discriminatoria.

SUCEDE QUE

De plano ni PRI ni PAN conocen la vergüenza. Mire que exigir “agresivo plan de rescate económico”, incluso empresarial, como si no supiéramos que los gobiernos emanados de tales partidos son los responsables del estado en que se encuentra la república.

Y ni modo que la iniciativa privada resulte inocente.

Nota.- en lugar de “ni conocen la vergüenza” estuve tentado a escribir “no tienen progenitora”, pero me abstuve para no echar a perder la sabrosa cuarentena que disfruto, alejado del mundo “y la falsa sociedá”.

Hasta la próxima.

Fuente: Expreso.press

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