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Acontecer político | La turbulencia que viene

Una turbulencia de impredecibles consecuencias se está extendiendo por todo el planeta y aunque sus orígenes no tienen nada que ver con la política, inevitablemente tendrá un impacto en ese campo y no faltarán los que traten de aprovecharla para crea confusión en aras de beneficios electorales.

La Organización Mundial de la Salud ya declaró como pandemia al coronavirus, que significa el más alto riesgo de propagación y afectación, estableciendo una alarma general contra lo que pudiera ser uno de los más graves problemas de salud en los últimos tiempos y que podría cobrar millones de vidas a nivel internacional.

China, el gigante asiático, que virtualmente se había apoderado del comercio mundial, quedó aislado tras de ser el país donde surgió el virus, cuyo origen hasta ahora no se ha determinado. Y ello impactó su economía que ahora anda tosiendo igual que sus enfermos.

Ahora, Italia se autodeclaró en cuarentena al ser una de las naciones con más rápida infección de sus nacionales. Casi nadie puede entrar o salir.

En muchas partes del mundo se ha cancelado la asistencia a espectáculos deportivos de masas, principalmente el fútbol, que es el deporte más popular y presenciado en el orbe, lo cual provocará grandes pérdidas a los propietarios de los equipos.

Por otra parte, la baja en los precios del petróleo ha hecho caer los mercados financieros y las bolsas de valores se desinflan, provocando caos entre los inversionistas que prefieren poner a buen recaudo sus capitales.

Todo esto traerá problemas en muchos países, incluyendo el nuestro y de la manera como sus gobiernos enfrenten las serias complicaciones, se derivarán consecuencias de aprobación o condena por parte de los ciudadanos.

Pero en México, donde la cultura política heredada desde los tiempos priístas, permitía adivinar hasta quién iba a ser el próximo presidente de la república, ya se dan veredictos por anticipado de que el apocalipsis está próximo a llegar.

Por lo pronto, el Partido Acción Nacional ya está culpando al gobierno federal de la depreciación del peso, omitiendo que esto es efecto de la inestabilidad monetaria global y no de un adecuado manejo de las finanzas internas. Pero lo que importa para la organización blanquiazul es seguir socavando al actual régimen.

Ya hasta el expresidente FELIPE CALDERÓN metió su cuchara en materia de salud —bueno, es que él es experto en decir “salud”— exigiendo que se den cifras claras acerca de las afectaciones que el coronavirus ha tenido en el territorio nacional. Igualmente, intenta sacar provecho para el proyecto político de él y su esposa MARGARITA.

Y conforme se compliquen las cosas, si es que en realidad se complican de manera alarmante, las voces críticas seguirán subiendo de tono, algo nada nuevo, pues desde antes de la elección presidencial ya se auguraba que el dólar se iría a los 30 pesos y que los capitales privados huirían del país, algo que a la postre no ha sucedido.

Lo malo es que fuera de las denostaciones, no se hacen propuestas serias de cómo enfrentar la crisis, olvidando que la salvaguarda de la Nación nos corresponde a todos y que los problemas desbordados igualmente nos afectan a todos. Pero, al parecer, en México a la clase política solo le importa el “quítate tú para ponerme yo”.

Y es que todas las fracciones políticas están poniendo los ojos en los comicios del año próximo cuando se renovarán las Cámaras de Diputados y senadores, que son consideradas claves para el predominio en las altas decisiones nacionales. Por hoy, el Movimiento de Regeneración Nacional controla esas instancias, algo que la oposición pretende revertir. Así que las confrontaciones entre partidos no cesarán en los próximos meses.

¿FUE REALMENTE UN “PARO”?

Cambiando de tema, la secuela del famoso “paro” del 9 de marzo, que ha sido calificado como el más grande en la historia de México, parece no terminar y las controversias sobre su utilidad siguen a la orden del día.

Hay quienes consideran que técnicamente, tal “paro” no existió. Quienes así opinan indican que un paro laboral es un acto de rebeldía en el cual los trabajadores abandonan sus puestos de trabajo o no asisten a él, sin el consentimiento del patrón.

Pero en este caso, la ausencia fue consentida, aprobada y fomentada por muchas empresas privadas, gobiernos estatales y dependencias federales que otorgaron una especie de “día económico” a su personal, que no difiere mucho de los “puentes” que contempla el calendario.

Y la pregunta que se hace es: Si no hubiera habido de por medio permisos, ¿cuántas mujeres se habrían atrevido a faltar a los puestos de trabajo como un desafío en favor de su causa en lo que sería un auténtico paro? La respuesta se antoja muy interesante y la dejamos a cargo de nuestros lectores. Por lo pronto, el tema sigue en boga.

“CHUCHO” AL FRENTE DE LAS PREFERENCIAS

El alcalde de Tampico, JESÚS NADER NASRALLAH, parece no tener, hasta ahora, enemigo al frente que pueda impedir su reelección. El grado de aprobación que mantiene entre la población porteña sigue siendo muy alto gracias a las obras de infraestructura que ha realizado y los proyectos de índole turística que están en ejecución. Si hoy fueran los comicios, triunfaría nuevamente.

raulpazos45@gmail.com

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