Columnas

LA TAMALIZA…

ROSA ELENA GONZÁLEZ

Mañana es 2 de febrero y para los creyentes de la fe católica hay festejo por el Día de la Candelaria, aunque los que no son católicos igual bien que lo disfrutan.
La realidad es que hasta los escépticos disfrutan la fiesta de quienes encontraron al NIÑO JESUS en la Rosca de Reyes y tendrán que cumplir con la tradición, organizar la tamaliza.

La mayoría disfrutamos la tradición,  somos mexicanos, y en México los tamales y el champurrado no saben de religión y nadie les hace un desaire, católicos o no a los tamalitos les tenemos devoción.

Cierto es que cumplir con la tradición ya no resulta barato, que la cuesta de enero se ha prolongado y el futuro económico de muchos mexicanos es incierto razón por la que la mayoría de los agraciados con el NIÑO JESUS, encontrado en la Rosca de Reyes, deberán medirse en los gastos.

¿Por qué se festeja el Día de la Candelaria?, es una celebración que tiene su origen con las costumbres que se vivían cuando nació JESUS y las que hemos desarrollado a través de los años, como la partida de la tradicional Rosca de Reyes.

En la época en que EL NIÑO JESUS nació, se acostumbraba que las madres y los niños permanecieran encerrados en su casa durante 41 días para que la madre pudiera reponerse y purificarse, llegada esa fecha los niños eran llevados al templo, junto con una ofrenda que podía ser un cordero, palomas, flores o tórtolas y eran presentados ante los sacerdotes.

Cuenta San Lucas en su evangelio que cuando MARIA y su recién nacido hijo JESUS entraron al templo, el sabio Simeón lo tomó en sus brazos y lo bendijo diciendo que -él sería la luz que iluminaría a los gentiles y que sería la gloria de Israel-.

De ahí viene que el 2 de febrero, 41 días después del nacimiento de Jesús, se festeje el Día de la Candelaria. El nombre le viene de las «candelas o velas» que representan la luz de CRISTO, proclamada por Simeón.

Pero esto no termina ahí, ¿recuerdas que el 6 de enero la familia y los amigos se reunieron para partir una deliciosa rosca que en su interior tenía uno o más «niñitos» y alguien al encontrarlo en su rebanada, comentó, ¡A mí me tocan los tamales!.

Pues bien, el muñequito estaba oculto porque representa al niño JESUS cuando MARIA le escondió de los soldados que querían matarlo y la persona que lo encontró en su sabrosa rebanada se convirtió en su padrino o madrina lo que quiere decir que adquiere el compromiso de cuidarlo y representarlo, pero también de hacer una cena con deliciosos tamales, el 2 de febrero.

Pero, la tradición de los niños dioses va mucho más allá que recordar el hecho histórico y ofrecer tamales a los invitados. Muchas familias visten elegantemente niños dioses que han pertenecido a sus familias durante muchas generaciones y el 2 de febrero los llevan a la iglesia para que el sacerdote los bendiga.

El niño, es ataviado con lo mejor que cada familia puede dar, depositado en una canasta con flores o sentado en un trono y después de la misa de bendición se reúne con los familiares y amigos para celebrar el acontecimiento con tamales junto con un espumoso y calientito atole.

En fin, la situación es que mañana es 2 de enero,  Día de la Candelaria, creyentes o no de la religión católica organizaran o acudirán a la tamailiza con la ilusión de que la cuesta de enero no se traslade a febrero y pronto lo gastado sea recuperado, por lo pronto, en familia y los amigos a disfrutar de esta la tradición.

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