Columnas

UN DÍA 28 DE ENERO…

MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA 

Un día como antier, es decir el 28 de enero, pero hace 4 años; Baltazar Hinojosa Ochoa fue proclamado como candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, dos días antes el

ahora Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca había librado ese escollo en el PAN y comenzaba a escribirse la historia de la caída del tricolor en la Entidad.
Así es mis queridos boes, había sido una noche bien larga para los priistas de Tamaulipas, para los del grupo en el poder, entonces liderado por Egidio Torre Cantú aún más, porque era un secreto a voces que Baltazar no era su candidato y hasta el último momento estuvieron pujando por Alejandro Etienne Llano.

Los priistas de Victoria, los que con Egidio disfrutaban del poder, se quedaron atónitos, porque desde Los Pinos les imponían a un candidato que no querían y que en realidad tampoco los quería, pero que tenían la obligación de apoyar y hacerlo ganar.

Nunca hicieron equipo, desde los primeros días de la campaña, el gobernador Torre Cantú se veía distante, su equipo cuestionaba los errores del de Baltazar y los del matamorense se convencían a sí mismos de que arrasarían con Cabeza de Vaca.

“No se deja ayudar”, nos dijo Torre Cantú a un puñado de periodistas en la Casa Tam, a donde nos convidó para platicar sobre el fin de su sexenio y desde luego de la campaña de la que no había transcurrido ni la mitad.

Desde entonces Torre Cantú se oía convencido de que Baltazar iba a perder, no lo reconocía, pero entre líneas lo aceptaba, porque nada de lo que había hecho en campaña le gustaba, la animadversión era evidente hacia el candidato de su propio partido: que había escogido las peores fotos para los espectaculares, que su discurso no conectaba con la gente, que lo llevaban a eventos a modo y hasta que cantaba muy mal.

Cuando vieron que el barco se hundía hicieron un último intento, Guillermo Martínez renunció a la coordinación de Comunicación Social y se fue, supuestamente con el mismo cargo a la campaña de Baltazar; dicen que con todo y millones para operar.

Se verían por primera vez ya en el equipo en Matamoros, Baltazar lo iba a presentar, Memo habría preparado el spitch para los periodistas y resulta que el candidato ni siquiera lo mencionó.

Al final, dicen, Guillermo subió a la camioneta principal de la campaña, ahí donde el candidato Baltazar viajaba en el asiento del copiloto y cuando se dio cuenta que Memo estaba acomodado en el asiento de atrás volteó y le pidió que se fuera en otra Suburban, que porque él se sentía mejor con el doctor Felipe Garza Narváez.

La versión sobre el incidente agrega que Guillermo bajo desencajado y echando chispas, se regresó a Victoria y le aviso a su jefe Egidio.

A la gente de Memo que se había dividido en dos equipos les pasó lo mismo, estaban, trabajaban, pero no los veían. Los cercanos a Baltazar no los querían pues.

El final todos lo conocemos: la derrota para Baltazar fue aplastante, el ridículo en la tarde noche del día de la elección fue mayúsculo porque aun con tantas evidencias de que estaban en la lona, salieron antes que el panista a declararse vencedores y hasta prepararon un escenario para el festejo. Las enormes bocinas no se usaron.

Al día siguiente con el rostro con las huellas de la derrota apareció Baltazar para reconocer que no sería el próximo gobernador.

Los siguientes días Egidio se desmarcaba de la derrota culpando a Baltazar al que hasta le habían permitido desmarcase de él y ni así había logrado dar la pelea.
No hacía campaña como candidato, recorría Tamaulipas como si ya fuera gobernador, nos dijo a los periodistas. Nos mandaron un paquetito (candidato) si muy bonito, muy arreglado, la cajita con moñito, pero el paquetito no traía nada, decía también el ex.

Los de enfrente nunca bajaron la guardia, a media campaña, el ahora alcalde de Tampico Jesús Nader que era y es muy cercano a Cabeza de Vaca me dijo: podemos sacar hasta 800 mil votos, vamos a ganar casi todo. 
Chucho adelantaba que ganarían el sur completo, hasta Altamira, todos los municipios grandes y hasta los pequeños. Así ocurrió.

Cabeza de Vaca fue declarado vencedor y gobierna desde hace poco más de tres años, Baltazar volvió unos días después, prometió liderar al PRI estatal para levantarlo de la derrota, pero no fue así, se regresó a la CDMX donde fue incorporado al gabinete de Enrique Peña Nieto y luego se volvió ojo de hormiga.

Egidio se refugió en San Pedro, Nuevo León y el PRI es fecha que no detiene su caída, las dos elecciones posteriores a la derrota de Baltazar solo acentuaron la debacle, en el 2018 MORENA y el PAN no le permitieron ganar una sola de las diputaciones federales, menos las senadurías, para el 2019, el blanquiazul ganó 21 de 22 diputaciones locales por mayoría y no se ve que ni Balta, ni Egidio dan señales de intentar evitar su muerte que parece anunciada… si fue un 28 de enero, el mismo día en que, como dice el corrido, a Don Lamberto Quintero

lo seguía una camioneta, y luego lo mataron… dirían también los priistas: ¡Cómo me duele esa fecha!. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong

Fuente: Expreso.press

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