EL PLEITO EN MORENA Y LA SUCESIÓN 2024
HÉCTOR GARCÉS
La pelea por el control de la dirigencia del Movimiento de Regeneración Nacional tiene dos escenarios como fondo de la controversia:
1.- La designación de los candidatos a las 15 gubernaturas y las 300 diputaciones federales que estarán en disputa en la contienda electoral de 2021.
2.- Y, sobre todo, la carrera, más que adelantada, por la sucesión presidencial, silla que estará en juego en la elección de 2024. Ambición desmedida y ‘futurismo’ puro.
Esos son en realidad los motivos políticos de la bronca escenificada en busca de apoderarse de la presidencia nacional de Morena.
Tres morenistas son los que quieren ser el sucesor de Andrés Manuel López Obrador:
– Claudia Sheinbaum, la influyente Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien, por lo visto, ganó la primera partida en la lucha por el control del partido al colocar a su amigo, el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, en la presidencia nacional de Morena, tras un polémico Congreso Nacional Extraordinario convocado por Bertha Luján (que forma parte del grupo de la señora que gobierna Chilangolandia).
– Marcelo Ebrard, poderoso Secretario de Relaciones Exteriores que opera como virtual Secretario de Gobernación tras bambalinas o como una especie de Vicepresidente. Su ‘gallo’ para llegar a la dirigencia es Mario Delgado, coordinador de la fracción parlamentaria morenista en la Cámara de Diputados, quien tiene posibilidades si es que se aplica una encuesta.
– Ricardo Monreal, líder del Senado que, a pesar de su reconocida habilidad política, aparece rezagado en la carrera por la sucesión frente a Scheinbaum y Ebrard. El zacatecano es quien mueve los hilos de su suplente en la senaduría, Alejandro Rojas Díaz Durán, aspirante sin posibilidad alguna de alcanzar la presidencia nacional de Morena, pero que desempeñó a la perfección su misión de golpear y desgastar a la controvertida y cuestionada Yeidckol Polevnsky.
Por cierto, Yeidckol tiene o, mejor dicho, tuvo, el sueño guajiro de ser la candidata presidencial morenista en la elección de 2024. Eso no lo logrará jamás. Eso quedó claro el domingo pasado.
Si bien Polevnsky interpuso una impugnación ante los tribunales electorales en contra de la convocatoria para realizar un Consejo Nacional Extraordinario y podría ‘tumbar’ a Alfonso Ramírez Cuéllar de la presidencia provisional de Morena, la realidad es que ella no solamente ha sufrido un paulatino desgaste, sino que, en su terquedad por quedarse con la dirigencia, también agotó su crédito político en Palacio Nacional.
En ese contexto, el juego de la sucesión presidencial 2024, que necesariamente pasa por el proceso electoral de 2021, ya se libra en varios frentes, siendo fundamental para alcanzar la meta obtener el control del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido de la Cuarta Transformación.
La llegada de Alfonso Ramírez Cuéllar favorece a Claudia Sheinbaum, cuyo alfil para apoderarse de Morena es -¿o era?- Bertha Luján, líder del Consejo Nacional partidista.
Sin embargo, una de las primeras declaraciones de Alfonso Ramírez Cuéllar trató de establecer límites y supuestos ‘favoritismos’.
‘Yo no tengo candidato o candidata’, dijo el diputado federal con licencia. Es más, ofreció ‘piso parejo’ a los aspirantes que participen en busca de la dirigencia nacional morenista y planteó que será ‘un proceso electivo totalmente pulcro’.
Existe la alta posibilidad de que esas declaraciones fueron sólo para agradar a las gradas y que, en los hechos, operará a favor de las preferencias de Claudia Sheinbaum, que, en opinión de varios analistas, es la verdadera consentida de Palacio Nacional.
Por supuesto, Mario Delgado mantiene sus posibilidades de llegar a la presidencia nacional de Morena, lo que se convertiría en una victoria interna de Marcelo Ebrard, quien sostiene una alianza con Ricardo Monreal.
Para entender la alianza Ebrard-Monreal hay un dato que la explica: Alejandro Rojas Díaz Durán, suplente del senador zacatecano, fue coordinador general de la campaña de Marcelo a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2021.
Es decir, el verdadero candidato de Ricardo Monreal a la presidencia nacional de Morena es Mario Delgado. Eso debe quedar claro.
El control del partido de la 4T representa, como se dijo, la designación de los candidatos a las 15 gubernaturas y las 300 diputaciones federales que se jugarán en las urnas el próximo año y, sobre todo, significará un avance en la toma de decisiones y en la estructura territorial en la ruta por ganar la sucesión presidencial -bastante adelantada- de 2024.
Y PARA CERRAR…
Ya veremos si el diputado federal maderense Erasmo González Robledo es lo influyente que se comenta y se queda con la presidencia de la estratégica Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso de San Lázaro, la que, ante la solicitud de licencia de Alfonso Ramírez Cuéllar para separarse de la diputación, quedó vacante a partir de ayer.
Al legislador, quien fuera ‘monaguillo’ en su niñez, se le ha visto muy cerca de Mario Delgado, líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diiputados.
Erasmo González es uno de los varios secretarios (más de una docena) de la Comisión de Presupuesto.