Enrique Peña Nieto tenía apenas unas horas en Los Pinos. Era el 2 de diciembre de 2012. En el Alcázar del Castillo de Chapultepec, rodeado de las principales fuerzas políticas, el Presidente no dudó en calificar el Pacto por México como un acuerdo “inédito y trascendente” que “dará viabilidad y rumbo a las transformaciones que el país ya no puede ni debe postergar”. “Como lo expresé ayer en mi mensaje a la Nación, el Gobierno de la República ofrece participar con entusiasmo para que este acuerdo, que hoy se suscribe, se materialice y sea una realidad”, señaló. “El Pacto por México es hoy un gran acuerdo político; la siguiente etapa será convertirlo en un gran acuerdo nacional”. En los días siguientes, el Presidente Peña Nieto recogería elogios de la prensa nacional e internacional. Desde los medios europeos hasta los norteamericanos, calificaron la medida como un golpe político efectivo. Han pasado seis meses del anuncio. En el Congreso federal, los diputados y senadores reconocen que el Pacto por México ha sido positivo a pesar de que sólo ha generado dos productos legislativos “de gran calado”. Y en contraparte, aceptan, ha provocado fuertes conflictos al interior de los partidos de oposición. Sus líderes han pagado un precio alto. En particular Gustavo Madero, de Acción Nacional (PAN), y Jesús Zambrano, del de la Revolución Democrática (PRD). El Pacto mismo ha pasado momentos crudos, principalmente por las quejas sistemáticas en el tema electoral. Los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática han amenazado con salirse de la mesa de negociaciones tras acusar abiertamente al Revolucionario Institucional (PRI) de intentar revivir el “mapachismo”, vía el uso indebido de programas sociales. Pero ante los micrófonos, los legisladores evitaron enfocarse en lo negativo. Por el contrario, resaltaron las virtudes del acuerdo cupular; enfatizaron los beneficios para el país con las reformas en materia educativa y en telecomunicaciones, y adelantaron que el pacto superará los conflictos electorales. “Creo que el Pacto es un instrumento político que le ha venido sirviendo al país. Considero que mientras los partidos cumplan sus tareas, sus atribuciones y sus compromisos, no estará en riesgo. Creo que hay Pacto para rato”, afirmó el coordinador del Partido Revolucionario Institucional en el Senado, Emilio Gamboa Patrón. En el mismo sentido se refirió Luis Alberto Villarreal: “Yo no soy tan pesimista, yo soy un hombre optimista que cree que el Pacto por México es una solución que nos permite obligarnos a todos los políticos y a los partidos políticos a darle una respuesta clara y contundente al pueblo de México”, dijo el líder de los diputados panistas. LOS PENDIENTES Ese 2 de diciembre de 2012, el Presidente Enrique Peña Nieto, Madero (PAN), Jesús Zambrano (PRD) y la presidenta interina del PRI Cristina Díaz suscribieron el acuerdo. El común denominador de los discursos pronunciados ese día fue la necesidad de “escribir un nuevo capítulo” en la relación entre el Gobierno Federal y los partidos de oposición, “elevar la mira” de los acuerdos y consolidar compromisos que permitieran al país transitar democráticamente hacia un estado de desarrollo y paz. Se presentó un documento de 19 cuartillas sobre cinco temas ejes del Pacto por México: 1. Acuerdos para una Sociedad de Derechos y Libertades 2. Acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad. 3. Acuerdos para la Seguridad y la Justicia 4. Acuerdos para la Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción 5. Acuerdos para la Gobernabilidad Democrática. Asimismo se presentó un calendario de 54 compromisos que se presentarían durante el primer semestre del 2013. De ellas, 26 eran nuevas iniciativas, 23 ya tenían un precedente y 5 no requerían una propuesta legislativa. De entre los pendientes no resueltos se encuentra el punto 4, que se refería a la Reforma para ampliar facultades del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), minuta que no requería iniciativa pues ya se había aprobado en el Senado en 2011. Según el calendario, esta reforma constitucional debía quedar lista antes del 30 de abril. Supuesto que no se cumplió por la inflexibilidad del PRI en el método de elección de los integrantes del IFAI. También quedó pendiente el compromiso30. Derechos de los migrantes. El 34. Fortalecimiento de las comunidades indígenas. El 35. Educación, salud, infraestructura y créditos para los habitantes de las comunidades indígenas. Y el 36. Acceso equitativo a la justicia y a la educación de los habitantes de las comunidades indígenas. Dentro del calendario también quedó establecido que en el primer semestre se presentaría las iniciativas para crear las legislaciones sobre los compromisos 75. Policías Estatales Coordinadas y 76. Gendarmería Nacional. Las cuales nunca vieron la luz. Están en la mesa de análisis, los compromisos 87 a 94 relativos a los Acuerdos para la gobernabilidad democrática, que integran los temas de reforma política y electoral, y que incluyen la segunda vuelta, toma de protesta del presidente el 15 de septiembre y la reforma política del Distrito Federal. Pendiente de dictamen también se encuentra el compromiso 92 para reordenar el marco de los fueros a fin de que ningún servidor público tenga privilegios. Aunque este asunto se aprobó en la Cámara de Diputados, está en puntos suspensivos en el Senado, en donde no se ponen de acuerdo si le quitan el fuero al presidente de la república o se mantiene intocable. Estos temas, junto con los compromisos 62. Fortalecer a la Banca de Desarrollo para ampliar el crédito y el 63. Cambiar el marco legal para que la banca comercial y las instituciones de crédito presten más y más barato, ambos incluidos en la reforma en la reforma financiera, que se encuentra en estudio en las comisiones unidas de Hacienda y Justicia de San Lázaro.
