MARCELA GÓMEZ ZALCE
Hoy debe reconocerse que el proceso de militarización en los ámbitos de la seguridad pública y en áreas del poder civil, estas últimas impulsadas de manera irresponsable y con nula visión estratégica, está distorsionando la realidad en Palacio Nacional.
En semanas el gobierno cometió errores que desencadenaron paranoia, enfado, intolerancia y precipitación logrando la pérdida de balance presidencial en la mañanera, donde con el caos de las versiones y mentiras por la derrota del Estado en Culiacán exhibieron un gabinete de seguridad —como se ha repetido desde este espacio— fracturado, fragmentado y confrontado entre el mando civil y militar. Ahí donde debiera fluir la comunicación y coordinación fluye la discordia, soberbia y desorden.
La debilidad institucional originada por las prisas de este gobierno en transformar atropellando formas y fondo han hecho implosión en la relación cívico-militar donde el justificado agravio verde olivo se viene anunciando meses atrás. Andrés Manuel López Obrador envía constantemente señales de desdén y simulado respeto a la institución que con disciplina, integración, fuerza y lealtad se ha sujetado al poder presidencial.
Llama la atención que el Presidente, conocedor de la Historia, juegue con símbolos tratando de construir una agenda mediática golpista y una narrativa con tintes de victimización tratando de distraer los descalabros, yerros y estupideces de su gabinete que compite en una carrera de relevos entregándose la estafeta de los tropiezos políticos. El país necesita que en la cadena de mando, empezando por el Presidente, no se prive la prudencia y la calma, porque la inteligencia en el sentido más amplio es la gran ausente en esta 4T.
Andar buscando pleitos resta, y el que resta divide y es inadmisible que esto se promueva desde Palacio Nacional, donde los funcionarios que ocupan algún despacho son responsables del desorden, polarización y fracaso en llevar a buen puerto la república amorosa con la que se engañó a millones de mexicanos. En 11 meses la violencia alcanza números históricos, la economía está oficialmente estancada y la cohesión entre los tomadores de decisiones es inexistente. Si no pueden, renuncien.
@GomezZalce
