Columnas

LA MENTADA DE ROMERO DESCHAMPS

Hector Garces

Al beber de un solo trago el tercer ‘tequilazo’ de la tarde, el poderoso e influyente Carlos Romero Deschamps soltó soberbio y bravucón:
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‘El PRI, el gobernador y la CTM… ¡que vayan y que chinguen a su madre!’…

La mentada se escuchó como un estallido en el aire.

Frente a él, impávido, Guadalupe González Galván se quedó frío, prácticamente congelado, sin saber cómo responder.

La frase resonó en el restaurante de cinco estrellas, ubicado en un lugar exclusivo de la Ciudad de México, donde comían, con una botella de tequila reposado sobre la mesa, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y el alcalde de Ciudad Madero.

Sentado a pocos metros, en otra mesa, se encontraba Erasmo González Robledo, entonces ferviente militante priista y tesorero de la administración municipal que presidía Lupe.

Tras servirse otro ‘vaso tequilero’, el cuarto de la tarde, Carlos Romero Deschamps preguntó retador a ‘Lupe’: ‘¿Qué es lo que tú quieres?’.

Ante la presión, el alcalde de la ciudad donde está asentada la Sección Uno del sindicato petrolero respondió con humor y con el esbozo de una sonrisa para tratar de capotear la molestia de quien tenía un asiento en el Consejo de Administración del Grupo Financiero Banorte: ‘Yo lo que quiero es ser procurador de justicia del estado… je, je, je’.

El intento de broma surtió el efecto deseado: El líder sindical petrolero sonrió a medias y decidió escuchar con atención a González Galván, sin interrupciones ni bravuconerías.

‘Mire, don Carlos -dijo respetuoso el abogado y notario público-, quiero que me entienda, yo vengo como embajador y si un embajador regresa sin un acuerdo, entonces fracasó en su encomienda’.

‘Lupe’ se refería a que era un enviado del gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, cuya relación política con el secretario general del sindicato petrolero nunca fue buena, ni siquiera cuando fueron compañeros en la Legislatura de la alternancia democrática, en el periodo 2000-2003.

‘Geño’ quería una cita para platicar con Romero Deschamps sobre un tema en apariencia menor: la presidencia del comité del Partido Revolucionario Institucional en Ciudad Madero, una dirigencia siempre reclamada por los petroleros de la Sección Uno, pero exigida también por el gobierno estatal.

‘Quiero que te sientes a platicar con ‘Geño’, planteó finalmente González Galván. Después de otro ‘tequilazo’, tomado de ‘un solo golpe’, el hombre nacido en la colonia ‘El Golfo’, en Tampico, aceptó, pero con una condición: ‘Dile a tu gobernador que sí, pero que venga aquí, a (la Ciudad de) México’.

Tras la bravuconada inicial, estampada como un eco en el restaurante, la plática se relajó y se extendió toda la tarde con la compañía de un tequila.

Carlos Romero Deschamps se vería en los siguientes días con Eugenio Hernández Flores en una cita nada tersa, un brutal choque de dos fuerzas que, entonces, a mitad de la pasada década, ejercían un poder singular en el vacío político producto de la transición democrática: el líder sindical sobreviviente del Pemexgate y el gobernador convertido en ‘virrey’.

Hoy, ambos, uno en la cárcel y otro en virtual fuga, son una anécdota en la historia de la clase política mexicana en tiempos confusos e inciertos.

ALFONSO DURAZO PASÓ POR TAMPICO

Un día después de que enfrentó la ofensiva de los diputados federales de oposición en San Lázaro por los violentos hechos registrados en Culiacán, el controvertido secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, visitó Tamaulipas de manera discreta, prácticamente sigilosa.

El funcionario de la 4T que fracasó de forma estrepitosa con el operativo desplegado en la capital de Sinaloa para capturar a Ovidio Guzmán, hijo de ‘El Chapo’ Guzmán, estuvo el viernes pasado en Ciudad Mante, pero antes de llegar a la región cañera hizo escala en el aeropuerto de Tampico.

En coordinación con el gobierno del estado, Alfonso Durazo sostuvo una reunión privada con ganaderos y agricultores de El Mante y municipios aledaños. El tema, se infiere, fue la seguridad en la zona.

Se afirma que para regresar a la Ciudad de México, el secretario de Seguridad Pública de la Cuarta Transformación volvió a pasar por la ciudad de las jaibas. Eso sí, ni ruido hizo.

Y PARA CERRAR…

El nuevo gerente general de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) de la Zona Conurbada, Jorge Federico Rivera Schotte, es hijo del empresario Jorge Rivera Magallón, quien, en otros tiempos, en cierto sexenio priista tamaulipeco, fue consentido.

Por cierto, Erika Rivera Schotte, hija de Jorge Rivera Magallón y hermana de Jorge Rivera Schotte, fue candidata a regidora porteña en la planilla del Partido Verde en 2018, cuando el ex priista Alejandro Acevedo de la Garza se postuló en busca de la alcaldía jaiba.

Fuente: Expreso.press

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