Opinión con sentido

¿Fox? ¿En serio?

CARLOS PUIG

Escribí aquí la semana pasada que el problema del PAN es que, extrañamente, se había convertido en la nada, un programa, sin alternativa frente a un gobierno que, guste o no, funcione o no, tiene un plan, una agenda: la de Andrés Manuel López Obrador. Decía yo también que los aniversarios, como el que conmemoró el PAN en estos días, debían servir para algo. Pues bien. La actual dirigencia del PAN lo aprovechó para dar un salto al pasado y celebrar a Vicente Fox.

Sí. A Vicente Fox. Quien fuera su figura hace 20 años, el hombre que desde Guanajuato arrebató al PRI la Presidencia para, contra todos los pronósticos, dársela al blanquiazul es la apuesta de nuevo liderazgo en el partido rumbo al futuro. Nadie puede quitar a Vicente Fox ese sitio en nuestra historia reciente, ni algunos de los resultados de aquel sexenio. Pero tampoco cree uno que se puede olvidar la manera en que Fox se alejó y, en muchas maneras, complicó la vida del partido después de su sexenio, ya en la última y descarada apoyando al candidato del PRI. Pero tal vez la mayor sorpresa sea que en un momento en el que el PAN, el partido del centro derecha, tiene todo el espacio político para ocuparlo, para proponer una alternativa ideológica y programática, al tiempo en que los demás le quieren disputar a Morena los espacios de la izquierda, Acción Nacional solo tenga como propuesta darle en la madre a la Cuarta Transformación, como dijo el ex presidente: cabalgar “contra tulicatas, víboras prietas y demás alimañas que se han refugiado en Morena y en la 4T”. Dijo que ya se había reunido con Calderón y con Alejandro Moreno, el primero ya aclaró ayer que lo saludó en un centro comercial y el segundo le dijo: listo para reunirnos. En fin, es Fox y está en lo suyo. No me pregunten qué es eso, pero en eso anda hace un rato. Lo difícil de entender es qué quieren en el PAN. Poner a una figura del pasado, del tamaño de Vicente Fox, a encabezar la construcción del futuro, con frente, sin frente, no parece dejar mucho espacio a algún nuevo liderazgo si es que lo hay. Más si el programa que se propone es solamente terminar con lo de enfrente. 

Fuente :Milenio

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