Columnas

EL DINOSAURIO YA NO ESTABA ALLÍ

HÉCTOR GARCÉS

Cuando Alejandro Moreno visitó Tampico el pasado mes de julio para promoverse como candidato a la presidencia nacional del PRI, su compañera de fórmula, Carolina Viggiano Austria, aspirante a la secretaría general, al tomar la palabra optó por cuestionar a los críticos del devaluado, arcaico y esclerótico partido.
La esposa de Rubén Moreira Valdez, cuyo gobierno en Coahuila fue caótico en el tema de la inseguridad y la violencia, comentó sobre la primera vez que llegó a la Cámara de Diputados, un año axial de la historia política de México: el 2000, con el arribo de Vicente Fox a la presidencia de la república y el inicio de la sinuosa alternancia democrática.
‘Era la primera vez que el PRI perdía. En ese momento, no sabíamos lo que iba a pasar. Muchos escribían, los analistas, que es el trabajo más fácil que hay, criticar, decir que el PRI está mal’, dijo Carolina Viggiano frente a los apenas 200 militantes que se reunieron en un hotel de la ciudad.
La priista hidalguense añadió: ‘En ese momento decían que estábamos muertos, que ya no había manera de revivir al PRI. Muchos lo celebraban, en fin. De eso vivían, de atacarnos’.
Como suele ocurrir con los políticos mexicanos, la culpa no es de ellos, sino de los críticos, de los analistas, de los que escriben en los periódicos, de los medios de comunicación.
EL KIOSKO pone de ejemplo esas palabras de Carolina Viggiano para evidenciar la falta de autocrítica del Revolucionario Institucional y, en particular, de quien asumirá la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) tricolor el próximo domingo.
Esa falta de autocrítica en lo que queda del partido tricolor no sólo se reflejó en los discursos de la campaña para buscar la dirigencia, sino en la carencia de análisis interno para evitar la fuga de más priistas.
Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán y ex senadora que compitió por la presidencia nacional priista en la jornada del domingo pasado, renunció ayer al partido.
Antes de que comenzara la elección interna, en junio, renunció otro aspirante a la militancia: José Narro Robles, ex secretario de Salud en el cuestionado sexenio peñanietista y reconocido ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En su carta de renuncia, Ivonne Ortega expone parte de la actual y cruda realidad del partido en el que militó por 29 años: ‘Nadie tiene duda de que el domingo pasado vivimos una de las jornadas más vergonzosas en la vida democrática del PRI y del país. Eso está claro’.
La yucateca, cuyo mandato como gobernadora no estuvo exenta de acusaciones por corrupción y de acumular un patrimonio más que sospechoso, es lapidaria: ‘El resultado para el PRI es que lo refundieron. Si se insiste en las viejas mañas y en las prácticas deshonestas mostradas durante la elección, el PRI de la mano de la cúpula, solo tiene una ruta: la extinción’.
Así como los dinosaurios desaparecieron un día de la faz de la tierra, el pronóstico que plantearon muchos analistas -esos que no soporta doña Carolina Viggiano- podría cumplirse después de la elección presidencial de 2024: la extinción, la muerte del PRI.
Acostumbrado a las grandes movilizaciones de antaño, aquellas que llenaban plazas y estadios, ahora el priismo exhibió su raquítica convocatoria en la jornada electoral del domingo pasado. Pocos, muy pocos militantes asistieron a votar por sus nuevos dirigentes.
También regidos por la malas costumbres del fraude y el autoengaño, el priismo inventó una cifra de votos para legitimar a ‘Alito’. Por supuesto, nadie les cree.
El partido fundado por Plutarco Elías Calles hace 90 años ahora sí deambula como un zombie, como un muerto viviente. Si Alejandro Moreno no logra evitar la fuga de más priistas -que es el escenario más probable-, el nunca Revolucionario y siempre Institucional se acerca al fin de su existencia (al menos con el nombre y el logo con el que lo conocemos).
Bajo esa perspectiva, el famoso y genial cuento de Augusto Monterroso podría registrar una ligera modificación: Y cuando despertó, el dinosaurio ya no estaba allí… ahora era una simple lagartija que corría agitada y temerosa de ser aplastada.

Y PARA CERRAR…
Todavía no se ha hecho oficial, pero es un hecho que Manuel Flores Kuri renunció a la dirección del Instituto de Atención a la Juventud del Ayuntamiento de Tampico.
¿El motivo de su dimisión? El joven tiene otros objetivos personales por alcanzar. De perfil y pensamiento creativo, Flores Kuri es un apasionado del arte, en particular de la pintura. Ese, lo más probable, será su camino.
De esa forma, dejará atrás su incursión en el servicio público, donde cumplió con ideas novedosas.

Fuente: Expreso.press

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