Crece campamento de migrantes en el puente
A medida que crece cada día la cantidad de migrantes solicitantes de asilo que son devueltos desde la ciudad de Brownsville -y de otras ciudades de la frontera sur de los Estados Unidos- al pasar por primera vez a solicitar asilo, en la pequeña plaza del Puente Internacional Matamoros -Puente Nuevo- aumenta la cantidad de extranjeros, muchos de ellos mujeres y niños, que acampan a la intemperie y en condiciones cada vez más críticas de abandono e insalubridad.
Desde que el gobierno estadounidense empezó a aplicar hace tres semanas -el 19 de julio- los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), -una medida de la administración Trump que obliga a los solicitantes de refugio a esperar en México durante más de dos meses para volver a pasar a una audiencia ante un juez en la corte federal de migración- el número de personas que acampan sin servicios y atención en carpas va en ascenso.
Hasta ese día -viernes 19 de julio- ya no había casas de campaña en la plaza, al día siguiente estaban siete, tres semanas después -ayer- ya estaban colocadas más de 25 casas de campaña, en donde familias con hasta tres niños permanecen durante el día en condiciones extremas por el calor y la falta de servicios más básicos, como lo es el acceso al agua, y en donde esperan pasar a su audiencia en la corte, muchos de ellos con citas hasta finales de septiembre y algunos hasta diciembre.
Se unen más para ayudarlos
En estas condiciones en las que esperan las familias de migrantes, en las que cada vez es más marcada la decadencia en la salud en más niños, mujeres y hombres, impulsa a que más personas de asociaciones religiosas de Matamoros, Brownsville y hasta de otras ciudades y estados de los Estados Unidos se unan para llevar m´´as ayuda y asistencia con alimentos, sueros, productos para la higiene personal de hombres y mujeres, ropa y calzado a los migrantes que acampan a pocos metros de las oficinas del Grupo BETA “Protección a Migrantes” y del Instituto Municipal de Migración (INM).
Ayer, poco antes de las seis de la tarde, más de 25 voluntarios del Centro Cristriano “Be United in Christ” (Unidos en Cristo) de Los Fresnos, Texas, así como de la Iglesia “Valle de Beraca”, de Matamoros, acudieron para llevar alimentos, sueros para tratar la deshidratación por la que pasan muchos niños y mujeres, además de ropa y productos para el aseo personal.
Viven depresión y desesperación
“Lo necesitan mucho, están pasando momentos difíciles, están pasando momentos realmente de mucha depresión al no estar ellos teniendo el permiso para poder ingresar de los Estados Unidos, se ven ellos en la necesidad realmente aquí desamparados”, dijo ayer en la plaza de este puente el pastor Eleuterio González, de la Iglesia «Valle de Beraca».
“Estamos haciendo un trabajo dentro de la Iglesia “Valle de Beraca” dentro del cuerpo de Cristo, todos los padres de familia y dentro de todo el cuerpo de líderes, y nos estamos reuniendo y también estamos participando como hoy la iglesia de Estados Unidos con nosotros, trabajado de la mano para poder realmente ayudar al desamparado y traer a ellos la esperanza que necesitan porque hay momentos muy críticos en ellos de desesperación”, dijo el pastor.
Preocupa la deshidratación
Eleuterio González destacó también que, “es muy preocupante, es difícil lo que ellos están viviendo, están viviendo desnutrición, estamos ahorita trayéndoles sueros, se repartieron en la mañana casi 150 botes de suero, también portamos los alimentos necesarios, trajimos ropa, desodorantes, todo lo que es de su uso necesario y aseo personal”.
Ante la indiferencia, tanto de las autoridades, del gobierno, como de muchas personas de la comunidad hacia los migrantes, el pastor enfatizó en que, “es un momento de mostrar realmente el amor, de olvidar la religiosidad, olvidar la religión y mostrar realmente el amor al prójimo, salir a la calle a ayudarlos para ser mejores personas”.
Venancio Jáuregui, integrante del Ministerio “Be United in Christ” (Unidos en Cristo) de Los Fresnos, Texas, quien ayer acudió junto a más de 25 personas voluntarias para asistir a los migrantes, dijo que, “en el tiempo que hemos estado aquí trabajando con los inmigrantes hemos visto la necesidad principal, los alimentos, la comida, y un techo, porque muchos de ellos están bajo una carpa, sus familias están bajo carpas, en los tiempos de lluvia es muy difícil, entonces llueve y se mojan, su ropa se moja, sus sábanas y colchonetas se mojan también”.
Recalcó que, “otra necesidad definitivamente que es lo que hacemos bastante, es lo espiritual”.
“Muchos de ellos han estado viajando por meses para llegar hasta aquí, es fortaleza espiritual, ánimo para poder seguir adelante, ánimo para poder sostener en los siguientes meses para poder estar aquí”.
Exhortó a la comunidad “a que vengan y que les den ánimo, que busquen a las familias y vean la necesidad que hay aquí, con los niños, con las personas, porque que cada uno tiene tanta necesidad, como ven hay muchos niños y a veces vienen ancianos”.
Niños desamparados
Venancio Jáuregui dijo que los niños que esperan junto a sus padres en las condiciones más difíciles y críticas son muy vulnerables ante las condiciones difíciles y los problemas que afrontan a diario, al saber ellos -los menores- dónde están, el por qué están aquí y cuánto tiempo van a estar aquí.
“Quizás porque hayan dejado sus hogares donde tenían un techo y ahora no lo tienen temporalmente, entonces todo eso puede afectar la vida de un niño, y como niños les gusta jugar, tener cosas y seguridad de los papás y muchas veces cuando ven a los papás aquí hay esa inseguridad sobre lo que va a pasar con sus papás, si van a estar bien”, dijo el integrante del Ministerio “Be United in Christ”.
Comentó que esta comunidad cristiana forma parte de una iglesia de Los Fresnos y desde hace meses acuden cada semana y cada vez se suman más voluntarios.
“Y ahora de otros estados también de Estados Unidos, ahora tenemos aquí de Matamoros, de las iglesias que tenemos en Matamoros; en total somos 14 iglesias de Matamoros y Brownsville, traemos alimentos, también artículos de higiene para hombres y mujeres, también traemos ropa y muchas de las veces hemos traído carpas y también colchonetas”.
Ante el riesgo de ser desalojados de la plaza, así como de ser deportados, a los que están siempre expuestos de manera permanente los extranjeros que acampan en el puente, Venancio Jáuregui dijo que los migrantes, “juntos probablemente se hacen más fuertes, la unión, entonces es difícil, al menos que se pongan en un lugar juntos, pero a veces es difícil, ahorita está el calor, pero no me puedo imaginar cuando el invierno venga”.
Fuente: Periódico el Bravo