Columnas

Poder Judicial: autónomo y transparente

PEDRO ELIZALDE

En Tamaulipas han sido dados de baja siete jueces, así lo dio a conocer Horacio Ortiz Renán, titular del Poder Judicial del Estado de Tamaulipas; unos por perezosos y otros por corruptos.

El juez oriundo de Reynosa que preside el Supremo Tribunal de Justicia en la entidad, dijo que luego de señalamientos contra sus pares, los procesos administrativos abiertos por diferentes motivos concluyeron con la separación del desempeño público. Dilación en los autos y también en sentencias, así como sospechas de conductas irregulares, fueron los motivos para que poco más de media docena de jueces perdieran su empleo.

La impartición de justicia así como la procuración no escapan del escrutinio público; les envuelve siempre el halo de la sospecha sobre su actuar, es parte de su naturaleza. Por ello es importante la apertura del Poder Judicial local con la sociedad; se requiere de una institución pública atenta a las peticiones, pero también abierta a señalamientos de organizaciones de profesionistas y de causas comunes.

En su visita a la delegación del PJET en Altamira para inaugurar de manera oficial la apertura de un nuevo juzgado en materia civil, Ortiz Renán escuchó las solicitudes de los abogados. Demandaron más personal ante lo tardado que resultan los trámites en los juzgados, así como señalaron comportamientos de funcionarios contrarios a la misión de la institución judicial. Al mismo tiempo en otro punto de la zona sur, una familia reclamaba la falta de sentencia en el caso de una joven mujer asesinada hace casi dos años, que esperan se haga justicia.

La respuesta del primer juez de la entidad, tras las peticiones de los profesionistas en Altamira, es que durante su gestión se han dado de baja 7 jueces, por dilación y sospecha de conductas irregulares, sin precisar cuántos por una y otra causa. El oriundo de la misma ciudad de donde es el gobernador, titular del otro poder en Tamaulipas, tiene ante sí el desafío de mover la imagen de la institución a su cargo.

Ponerla al centro del reflector público como un entidad abierta y que rinde cuentas, pero ante todo independiente de injerencias externas provenientes del poder con más peso en las entidades federativas, según la percepción popular.

Fuente: Milenio

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