Extrabajadores de Hules Mexicanos iniciaron huelga de hambre simbólica ante presunta corrupción y abandono del gobierno federal
Sandra Sosa/ Altamira
Un grupo de extrabajadores decidió iniciar una huelga de hambre simbólica como medida de presión para exigir atención a sus demandas, las cuales están respaldadas por documentos oficiales de la Secretaría de Hacienda.
El representante de los trabajadores, Víctor Jiménez, señaló que la falta de intervención de las autoridades, particularmente federales, obedece a una cadena de omisiones que vulnera sus derechos como accionistas de la empresa Hules Mexicanos.
“Las cosas hay que decirlas como son, afortunadamente todavía vivimos en un ambiente de libertad de expresión, de acuerdo al texto constitucional para nosotros, esta falta de atención no es otra cosa que negligencia y corrupción entre dependencias de primer nivel”, expresó.
La huelga de hambre inició este lunes y se mantendrá hasta la tarde como una acción simbólica, debido a que todos los participantes son adultos mayores, varios de ellos con padecimientos como diabetes, hipertensión, cáncer y problemas de movilidad, lo que hace inviable una protesta prolongada sin poner en riesgo su vida.
Explicó que esta acción representa solo el preámbulo de nuevas movilizaciones, dejando claro que el movimiento no es un acto improvisado.
Indicó que la huelga es voluntaria y no existe una cifra exacta, ya que algunos trabajadores no pueden sumarse por razones de salud.
«No estamos jugando, hablamos en serio, tenemos un derecho consagrado en documentos oficiales del gobierno federal, no sé si cinco o diez, pero lo que nos mueve es la convicción y el deseo de que las autoridades nos escuchen”, sostuvo.
Los extrabajadores reclaman el 2.5 por ciento de las acciones del capital social de la empresa, correspondiente a su participación como socios, lo cual no se traduce en una cifra fija de dinero, sino en derechos accionarios ligados a las utilidades de las plantas productivas, tanto la de Hules Sintéticos como la de Negro de Humo.
También manifestaron dudas sobre los constantes cambios de nombre y presuntos propietarios de las plantas industriales, hoy conocidas como Dinasol, antes Indus Negro Mex, lo que consideran una maniobra para evadir responsabilidades legales.
El movimiento inició hace 27 años, cuando 501 trabajadores fueron directamente afectados. A la fecha, más de 200 han fallecido, quedando poco menos de 300 sobrevivientes, la mayoría de edad avanzada.
“En un país donde debe prevalecer la ley, bastaría con que un solo ciudadano se manifieste para que la autoridad lo atienda”.
