Entre saqueadores y servidores

Fuentes Fidedignas. Por Isaias Álvarez
Dicen que el dinero público es sagrado, pero en Tamaulipas hubo quienes lo trataron como botín. La investigación abierta por la Fiscalía Anticorrupción sobre los 560 millones de pesos desviados del gasto de Comunicación Social en el sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca destapa, una vez más, la cloaca del poder que confundió la política con la caja registradora.
Los documentos revisados por la autoridad apuntan a Francisco e Ismael como responsables de un entramado de contratos ilegales, operados con la complicidad de sus voceros de confianza, Francisco García Juárez y Maximiliano Cortázar. Las auditorías a los ejercicios 2020, 2021 y 2022 no solo revelaron un saqueo, sino un patrón: el dinero de la gente usado como fondo electoral y como medio para comprar silencios.
Y mientras ellos gozaban de su “paraíso” texano, a la Fiscalía la pusieron a chambear, la Contraloría da vista al Tribunal Administrativo y la 66 Legislatura se prepara para un hecho que marcará época: el desafuero del diputado Ismael García Cabeza de Vaca. Todo mientras la ministra Lenia Batres Guadarrama afina la sentencia que podría quitarle el amparo al prófugo Francisco Javier, que juró no doblarse ni venderse, pero de robarse medio Tamaulipas no aclaró nada.
Mientras tanto, en el norte de la frontera, otro capítulo de soberanía se escribió con la tinta del respeto. Beto Granados, alcalde de Matamoros, se plantó firme ante el intento de una empresa estadounidense de colocar letreros ilegales en playa Bagdad, dentro de territorio mexicano.
“México se tiene que respetar”, dijo el edil, en sintonía con el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum, al confirmar que elementos de la Secretaría de Marina retiraron las señalizaciones colocadas por personal que cruzó en lancha desde Estados Unidos.El asunto no es menor. Lo que empezó como un incidente local terminó convertido en tema binacional, con implicaciones diplomáticas.
Granados lo dijo claro: “Si quieren poner letreros, que lo hagan del lado estadounidense. Aquí no.” Y tenía razón. En tiempos donde algunos políticos siguen vendiendo al país por un contrato o una foto, escuchar a un alcalde defender la soberanía nacional se siente casi como un acto revolucionario.
Y hablando de actos, Nuevo Laredo también dio el suyo, pero en otro sentido: el de la transformación con resultados visibles. La alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal inauguró el campo de béisbol del Tecnológico de Nuevo Laredo, una obra financiada íntegramente con recursos municipales. No se trató de una simple remodelación: fue una inversión de más de diez millones de pesos que demuestra que cuando el dinero público se administra con honestidad, sí alcanza para cambiar realidades.
“Ojalá en todo el país las presidentas municipales fueran como la de Nuevo Laredo”, dijo el director general del Tecnológico Nacional de México. Y no exageró. En contraste con el saqueo que hoy investiga la Fiscalía, en Nuevo Laredo los recursos se convirtieron en canchas, árboles, becas y futuro. Así de distinto se ve el dinero público cuando se usa para dar resultados, no para robar.
Tamaulipas vive días de contraste: unos siguen huyendo de la justicia, otros defienden la frontera, y hay quienes gobiernan construyendo futuro. Entre el saqueo, la soberanía y la obra pública hay una línea invisible que separa a los que destruyen del país, de los que todavía creen que vale la pena levantarlo.



