El cáncer maligno del Verde Ecologista

Crónicas del Sur
Por José Juan Tomas
El Partido Verde Ecologista en Tamaulipas está podrido desde su raíz. Y si alguien todavía dudaba, ahí está el caso de su dirigente estatal, Manuel Muñoz Cano, quien después de haber sido sancionado por ejercer violencia política en razón de género, ahora pretende burlarse de la justicia electoral con una impugnación que insulta la inteligencia de las y los tamaulipecos.
El IETAM fue claro: Muñoz Cano ejerció violencia política contra una diputada por el simple hecho de ser mujer. Se le impuso una multa de $5,657 pesos y su nombre fue inscrito en el Catálogo Nacional y Local de Personas Sancionadas por Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género. Pero, en lugar de asumir su responsabilidad, el dirigente del Verde decidió recurrir al TRIELTAM para tratar de limpiar su imagen.
Hasta ahí, el asunto podría parecer parte del juego político. Pero la verdadera podredumbre comienza cuando se conoce quién lo defiende:
Jorge Adalberto Escudero Villa, un abogado potosino de mala fama, egresado de una universidad “patito” y cesado por corrupción del gobierno de San Luis Potosí.
Escudero Villa fue destituido en mayo de 2023 por el propio gobernador Ricardo Gallardo Cardona, luego de que la Contraloría estatal descubriera un desvío de 900 millones de pesos en la Dirección General de Pensiones, además de haber incrementado la deuda de ese fondo de 1,196 a 3,600 millones de pesos.
Un auténtico maestro… pero del saqueo público.
Y es ese personaje —acusado de desfalcar millones del erario potosino— quien ahora encabeza la defensa de Muñoz Cano, acompañado, según se dice, por un grupo de pasantes en derecho. Un cuadro perfecto del nuevo Verde Ecologista: corrupción defendiendo corrupción.
Como si fuera poco, el propio Muñoz Cano pretende justificar su violencia argumentando que sólo ejerció su “libertad de expresión”, e incluso solicita que sea la Comisión de Honor y Justicia de su partido quien lo juzgue.
Es decir, el zorro pidiendo vigilar el gallinero.
El cinismo político en su máxima expresión.
Un dirigente que agrede, un abogado que roba y un partido que calla.
Esa es la radiografía real del Verde Ecologista en Tamaulipas, convertido en un cáncer maligno que corroe la ética pública y que contamina todo lo que toca.
El problema no es sólo Manuel Muñoz o su abogado; el problema es que este tipo de personajes siguen creyendo que el poder los hace intocables, que el dinero y la influencia pueden borrar cualquier mancha. Pero tarde o temprano, la corrupción tiene nombre, rostro… y sentencia.



