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El Verde se pinta de paridad… pero gobierna con misoginia

Sin Filtros; por Brenda Ramos



El tema de la violencia política de género en Tamaulipas continúa y se expande. Ayer fue el dirigente estatal del Partido Verde Ecologista de México, Manuel Muñoz Cano, sancionado por el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM). Hoy el foco apunta a otro nombre del mismo partido: Carlos Peña Ortiz, alcalde de Reynosa e hijo de la senadora del Verde Maki Ortiz, quien desde su cargo impulsa la presencia del Verde en la región y fue recientemente mencionado en rueda de prensa por ese partido como posible carta del mismo rumbo a las elecciones de 2027.

Primero recordemos lo que sucedió ayer 22 de octubre 2025, el IETAM resolvió por unanimidad que Muñoz Cano incurrió en violencia política contra las mujeres en razón de género, al referirse a la diputada local Katalyna Méndez Cepeda como “la niña que está en el Congreso”. El fallo impuso una multa de 5.657 pesos, equivalentes a 50 veces el valor diario de la UMA, además de su inscripción por ocho meses en el Registro Nacional y Estatal de Personas Sancionadas en Materia de Violencia Política de Género, y la obligación de cumplir medidas de reparación integral y garantías de no repetición. La resolución advierte que, de incumplir alguna de estas sanciones, podrían imponerse nuevas medidas de apremio o abrirse otro procedimiento por desacato.

El caso, más allá de la multa, marcó un precedente. Por primera vez, un dirigente partidista fue sancionado en Tamaulipas por violencia simbólica y verbal. La decisión del IETAM tuvo el efecto de una piedra lanzada al estanque, removió el lodo, hizo visible lo que durante años se normalizó y dio pie a que mujeres tengan el valor de alzar la voz contra la violencia.

Entre ellas, la de Luz Blázquez Hernández, activista y ciudadana de Reynosa. En sus redes sociales relató que el alcalde Carlos Peña Ortiz la ha agredido públicamente, refiriéndose a ella con calificativos como “huachicolera”, sin fundamento ni denuncia formal alguna. Blázquez informó que presentó una queja ante la Fiscalía Anticorrupción del Estado y compartiendo un video de entrevista las diputadas Katalyna Méndez hablando sobre la sanción de Manuel, pidió respetuosamente a las diputadas Katalyna, Magaly Deandar y Eva Reyes su acompañamiento, para garantizar que este tipo de ataques no queden impunes. Su mensaje fue claro: “No normalicemos este tipo de agresiones y abramos camino para que nuestras voces se escuchen sin miedo a represalias”, escribió.

El caso de Luz, como el de Méndez, debe llegar al IETAM. Las leyes existen y deben aplicarse con el mismo rigor. Los artículos la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establecen que las expresiones peyorativas, los ataques simbólicos y la exposición pública constituyen violencia política. Si el instituto actuó contra un dirigente, debe también investigar a un alcalde.

Volviendo al tema sobre Manuel Muñoz que apenas inicia, hoy las bancadas de Morena y del Partido del Trabajo emitieron un pronunciamiento de respaldo a la diputada Katalyna Méndez. En él calificaron la resolución del IETAM como “firme, legal y vinculante” y lamentaron que el Partido Verde intentara minimizar los hechos. “No basta con presumir estructuras paritarias si se toleran o justifican agresiones desde la dirigencia”, señala el documento, que concluye con una afirmación categórica: “Hoy más que nunca, es tiempo de mujeres, y en la bancada de Morena y del PT no daremos un paso atrás”.

Con esto, ambos políticos quedaron exhibidos y mientras el Verde insiste en presentarse como un partido que defiende a las mujeres, pero sus protección a estos machistas lo desmienten. Mientras Manuel Muñoz Cano, sancionado por violencia política de género, busca reelegirse como dirigente estatal, el alcalde Carlos Peña Ortiz —a quien el partido levantó la mano para futuras candidaturas— repite las mismas conductas que la ley ya condenó. En ambos casos hay un hilo común, un machismo que el Verde ha decidido tolerar.

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