Ciudad Madero: entre los baches, el agua y el “Marciano Fest”

Visión estratégica; Por Gastón Arriaga Lacorte
Hay cosas que no se pueden tapar ni con lonas de colores ni con escenarios llenos de luces. Ciudad Madero hoy no necesita un festival, necesita atención, empatía y soluciones reales. Basta con caminar unas cuantas calles para notar que la ciudad está literalmente hundida, no sólo por las lluvias recientes, sino por el abandono que se siente en cada bache, en cada esquina encharcada y en cada familia que tuvo que sacar con cubetas el agua que se metió hasta su sala.
Mientras tanto, el alcalde Erasmo González sueña con su “Marciano Fest”, un evento tan fuera de lugar como su nombre. Y no es que la gente no merezca distraerse o tener momentos de alegría —claro que sí—, pero hay momentos en los que la prioridad debería estar tan clara como el agua… antes de que se quede estancada.
Porque mientras unos planean escenarios y luces, otros están perdiendo refrigeradores, colchones y días de trabajo. Mientras se habla de artistas invitados, los niños pierden clases porque las calles están intransitables. Y mientras el gobierno local presume “impulsar la economía” con festivales, la realidad es que los negocios de barrio están cerrando porque la gente no puede ni salir de sus colonias.
El problema no es la lluvia —esa cae para todos—, el problema es la indiferencia. Esa que se disfraza de espectáculo para distraer a un pueblo cansado, que ya no pide milagros, sino soluciones.
Ciudad Madero no necesita un Marciano Fest, necesita drenaje, pavimento, desazolve y empatía. Lo otro, el show, puede esperar.
Porque aquí abajo, en la tierra, no vivimos en Marte: vivimos entre baches, lodo y promesas que se mojan y se hunden con la primera tormenta.