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José Ramón se queda en orfandad

Sin Filtros; por Brenda Ramos

En política, los herederos viven del apellido… hasta que se quedan fuera del testamento. José Ramón Gómez Leal —mejor conocido como JR— es hoy un político huérfano. Los dos poderosos pilares que lo sostenían están demolidos. Uno en el exilio, otro barrido recogido para ser enterrado en bolsas negras de plástico, justo en el basurero de la política.

Para explicarlo, recordemos a la sesión del 3 de septiembre de 2024, en la que Adán Augusto López Hernández, entonces operador político de Morena, colocó a José Ramón al frente de la Comisión de Administración del Senado. Era un espacio de poder: control presupuestal, discrecionalidad, influencia, ese movimiento fue el sello de un pacto más profundo, uno que no inició ese año.

¿Por qué Adán ungió a JR con tanto poder? el origen se remonta al Senado, entre 2012 y 2015 cuando en la LXII Legislatura, Adán y Francisco García Cabeza de Vaca cuñado de JR compartieron curul, tejieron una relación que años después, en 2021, ya como secretario de Gobernación, Adán presumió al reunirse con Cabeza —aun gobernador de Tamaulipas— en una visita pública.

En ese contexto, JR se volvió funcional: operador de Adán en el Senado, protegido de Cabeza en Tamaulipas, por eso recibió el encargo de la Comisión de Administración. Era la pieza ideal para mantener el equilibrio y recuperar el control de Tamaulipas hasta que el poder de sus padrinos se rompió.

Adán cayó derrotado en la interna presidencial, luego vino el escándalo: Hernán Bermúdez Requena, su exsecretario de Seguridad en Tabasco, señalado como líder de “La Barredora”, quedó prófugo. El vínculo con Adán que había sido su mayor fortaleza hoy resultó tóxico.

Así como el magnicidio de Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994 dejó en la orfandad política a sus más cercanos colaboradores, sucede ahora lo mismo con el deceso político de López Hernández, padrino de Gómez Leal en Tamaulipas. Como el propio JR se encargó de confirmar en la revista de Morena, Regeneración, donde aparece muy orondo fotografiado con el líder senatorial.

Hoy, Bermúdez Requena se encuentra prófugo de la justicia, señalado como líder de la banda criminal “La Barredora”. Su cercanía con Adán Augusto recuerda —y no para bien— a la relación entre Felipe Calderón y Genaro García Luna. Una analogía tóxica, que mina reputaciones por contagio.

En cuanto al nombramiento de JR en la Comisión de Administración no fue original: en 2018, Ricardo Monreal colocó ahí a su incondicional Soledad Luévano quien fue su Directora de Compras y Oficial Mayor (1998-2004), en el gobierno de Zacatecas, Adán Augusto hizo lo mismo con Gómez Leal en 2024, garantizándole discrecionalidad en el manejo del presupuesto, a cambio de la gubernatura tamaulipeca.
Fue un espacio de presupuesto y lealtades, no de méritos, calculado seguramente con Cabeza de Vaca su otro padrino que también se derrumbó y que hoy está fuera del país, en el exilio, sin fuerza partidista, sin base, con expedientes encima y sin retorno. JR, quien antes presumía con orgullo su aparición en Regeneración, la revista oficial de Morena, posando al lado de Adán, hoy carga con esa imagen como una lápida política.

No olvidemos que los problemas del padrino siempre afectan a los protegidos, un ejemplo de esto ocurrió en 2021 con Rodolfo González Valderrama. Muchos no leímos que Rodolfo, quien busco la candidatura a gobernador por Morena, no avanzaría políticamente luego que AMLO metió a Monreal en la congeladora tras pleitos internos.


Pero hoy que se repite la historia con JR que quedó sin Adán y sin Cabeza, el escenario es claro, también se quedará sin la oportunidad de ser gobernador, entre más pronto lo entiendan sus defensores y aliados, menos dolorosa les será la decepción.

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