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El amago de la letrina

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Si algo no se institucionaliza en MORENA, es la autocrítica y la aceptación de la crítica de quien venga -partidista o ciudadana-. La andanada de censura, por la omisión de la justa medianía juarista es más que válida.
Se debe reconocer: fue una pifia de los morenistas viajeros y su promoción de sus caros gustos por lo fifí.
También se tiene que entender: la oposición está siendo oposición, con los excesos de la cúpula de la IV T.
Se dicen adoradores de AMLO, pero no comulgan con sus principios; se dicen del Segundo Piso de la IV T y contravienen la ética de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
En fin: parecen una banda de fantoches diciendo una cosa y haciendo otra; o una pandilla de émulos del viejo régimen, con disfraces de progresistas de ocasión.
La neta: AMLO nunca actuó contra sus propias proclamas.
Los referidos, se deslegitiman y se degradan a sí mismos; aunque los señalamientos van más allá: enlodan el proyecto transformador de un movimiento y de sus esforzados dirigentes.
¿Es traición la actitud de Andy, Delgado, Monreal y Noroña?
Sí.
Es traición a los mandamientos de MORENA y a los ordenamientos de AMLO y a la presidenta Sheinbaum.
Si alguno de ellos, tenía sueños presidenciales se esfumaron.
(Ni decir, de Adán Augusto López, que ante el baño de cieno no quedó ni para mandadero del Senado).
Ellos dirán misa.
El pueblo ya juzgó.
Lo dijo la presidenta.
El único sobreviviente de esa catástrofe es Marcelo Ebrard. Silencioso, parco, sólo opinando de los asuntos que le competen alejándose de las grillas palaciegas está resultando el político con mayores prendas para enfrentar escenarios futuros mexicanos.
La descomposición moral de las élites morenistas achicó la baraja.
Y eso, constituye un problema para Sheinbaum.
(En parte, ese es el acto traicionero para la presidenta y Andrés Manuel. ¿O es para aplaudir el descarrilamiento, de al menos tres fuertes cartas para la sucesión de Claudia?).
A la distancia, sólo puede madurar del grupo de mujeres que acompañan a la presidencia, la lideresa del partido, Luisa Alcalde Luján. En dos o tres años, tendría la estatura para mayores responsabilidades.
La otra dama emergente, era Rocío Nahle gobernadora de Veracruz, pero se ahogó en un vaso de agua; exhibió, que no está para las tareas que México demanda en el porvenir.
Si tuvieran vergüenza los mencionados pillos, ya hubieran renunciado.
Antes de que la letrina, termine por tragárselos.

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